Con el fútbol moderno, muchas posiciones debieron reinventarse y nuevos conceptos dicen presente en el plano técnico y táctico. Sin ir más lejos, aquellas formaciones 2-3-5 superpobladas de delanteros se han transformado en (cómo mínimo) una línea de tres defensores y otros tres en ataque (y hablamos de un esquema bastante ofensivo).

Los roles específicos, como dijimos, también mutaron. En los arqueros se puede ver claramente, con la aparición de “arqueros líberos” o la capacidad que tienen de iniciar un contra-ataque. Como ejemplo nos sirve lo realizado este viernes por Keylor Navas, que un pase suyo derivó en un gol del PSG.

Cuando el reloj marcaba los 31 del primer tiempo y el tanteador estaba en 0-0, el arquero costarricense se quedó con la pelota tras un ataque rival y, con un pase más “colocado” que fuerte, se la dejó casi en mitad de cancha a Rafinha. Este, apenas hizo contacto con el balón, metió un pase filtrado a Kylian Mbappe.

El joven francés logró eludir al arquero y marcar el 1-0 parcial de un duelo que acabaría finalmente 4-0 (y marcaría también el 3-0). En esa rápida jugada se puede ver a las claras la importancia de una eficaz transición, que inició con aquel certero pase de Keylor Navas y acabó como lo hizo.

Después de tantas notas sobre atajadas y penales, a Keylor le llegó la hora de ser protagonista en un gol. Uno a favor, claro. ¿Nos sorprenderá en próximos partidos siendo directamente asistador o marcando un penal? Solo el tiempo lo dirá.