Guatemala entera sueña con clasificar a la próxima Copa del Mundo, y así poder quebrar un maleficio que parece ser eterno. Aficionados, futbolistas, entrenadores y autoridades tienen el mismo deseo. Quieren formar parte de la enorme historia.

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Entre tantas emociones, surgen algunos nombres que buscarán estamparse en lo más alto. Nadie dijo que sería fácil lograrlo, mucho menos para futbolistas que se desvivieron para llegar a la Selección Nacional. Esto lo sabe Luis Fernando Tena.
A seis partidos de lograr la hazaña histórica, La Bicolor ilusiona y todo sacrificio vale doble. Así lo ve el propio Stheven Robles, protagonista de una vida que no es un cuento de hadas, precisamente. Las vivió todas, por eso quiere ir a la gloria.

Stheven Robles y su vida: de las pandillas a soñar con Guatemala en el Mundial 2026
Stheven Robles nació en la Colonia Villas de la Zona 18, un lugar controlado por las pandillas. Ahí, los niños corren y disfrutan de jugar en los callejones. Todos se conocen, saben quién es cada vecino y cuáles son los movimientos autorizados.
Robles fue el menor de tres hermanos. Su papá lo abandonó, por eso su madre cuidó sola de él. Ella temía que lo fueran a incluir en una pandilla, por eso iba a buscarlo a las canchas de tierra cuando anochecía. Juntos regresaban a su casa.

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“Me escapaba de la casa para poder jugar”, contó mientras recordaba la parte que más le gusta de su niñez. Defendía a los Galácticos, equipo barrial al que lo llevó su amigo Walfredo Cruz, quien le decía: “Jugarás en los mejores equipos”.
“Uno siempre sueña con estar en la Selección. Aunque haya sido duro todo lo que hemos pasado, el fútbol siempre te da revancha. Queremos hacer bien las cosas. Estar con la Selección es otro sentimiento. Uno lleva la responsabilidad de muchas personas. Tenemos que levantarnos y hacer bien las cosas”, sentenció el futbolista.

Stheven Robles cumplió su sueño: fue a Comunicaciones y llegó a Selección Nacional
Walfredo Cruz fue elemental para el desarrollo deportivo de Stheven Robles. Lo acompañaba a todos lados, le pagaba el transporte y hasta le daba para comer, porque su familia no podía hacerlo. El gran momento llegó a sus jóvenes 15 años.

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Fue a una prueba de Comunicaciones, donde el entrenador Jorge Miguel Sumich lo eligió para ficharlo en la categoría Sub-17. En ese entonces, el equipo lo dirigía Mario Acevedo, actual DT de Municipal. Dos días después, lo llevaron a la mayor.
Robles estudiaba el bachillerato, pero tuvo que dejarlo. Su vida era terrible: “Me levantaba temprano para ir a la escuela y luego me iba a entrenar. Regresaba a la noche, más o menos a las 20. Muchas veces me pasaba todo el día sin comer”.

Guatemala se fijó en Stheven Robles y su vida personal cambió para siempre
Pese a que entrenaba con el equipo mayor, Stheven Robles jugaba en la Clase B de Comunicaciones. Ganaba Q400 al mes, lo que equivale a unos 50 dólares. Ahí fue que recibió un llamado a la Selección Sub-20 para el Premundial de Jamaica.
Cuando regresó, dos grandes noticias lo esperaban. En lo deportivo, el uruguayo Willy Coito lo había ascendido definitivamente al equipo mayor. Desde el plano personal, su novia Linda le informó que estaba embarazada de su hija Briana.
En contrapartida, su hermano tuvo problemas serios con algunas pandillas y no estaba bien económicamente, por lo que decidió mudarse a Estados Unidos. De eso pasaron más de 15 años, y todavía no se han vuelto a encontrar, tristemente.