La Selección de El Salvador que dirige Hernán Darío “El Bolillo” Gómez recibió hace unos días la autorización para utilizar el estadio Cuscatlán en los partidos de la Eliminatoria Mundialista de la Concacaf frente a Panamá y Guatemala. Sin embargo, el optimismo se ha visto ensombrecido en las últimas horas por una creciente preocupación relacionada con el estado de la gramilla del coloso capitalino.

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Las intensas lluvias que han golpeado al país han deteriorado seriamente el césped, generando charcos en distintas zonas del terreno de juego y evidenciando fallas en los drenajes, que no han soportado la magnitud del agua acumulada. Esta situación amenaza con afectar el estilo de juego que El Bolillo Gómez intenta consolidar en la Azul y Blanco.
El problema no solo ha impactado a la Selección, sino también al calendario local. El partido de la jornada 12 del Torneo Apertura entre Hércules y Fuerte San Francisco tuvo que ser pospuesto, al no encontrarse el campo en condiciones para la práctica del fútbol. Este hecho incrementa la incertidumbre sobre la capacidad del Cuscatlán de albergar los próximos compromisos internacionales.

La mayor inquietud, sin duda, se centra en La Selecta, que en cuestión de semanas deberá recibir a Panamá y Guatemala en duelos cruciales rumbo al Mundial 2026. Un césped en malas condiciones no solo comprometería el espectáculo deportivo, sino también el rendimiento físico y técnico de los jugadores salvadoreños.
Consciente de esta situación, El Bolillo se mantiene atento a la evolución del estado del terreno de juego. El estratega colombiano espera que los trabajos de mantenimiento rindan frutos y que las condiciones climáticas mejoren en el corto plazo para garantizar un escenario adecuado.

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La afición salvadoreña, por su parte, sigue expectante. El Cuscatlán, considerado la fortaleza de la Selección, debe estar a la altura de la exigencia internacional, y el tiempo apremia para resolver un problema que, de no corregirse, podría pasar factura en la fase más importante de la Eliminatoria Mundialista.