La Selección de Costa Rica iniciará este 5 de septiembre la fase final de las Eliminatorias de Concacaf rumbo al Mundial 2026, con un debut exigente como visitante frente a Nicaragua. Sin embargo, el técnico Miguel Herrera ya enfrenta su primer dolor de cabeza antes de que ruede el balón.
El Piojo tenía planificado realizar una concentración con una semana de antelación para ajustar detalles tácticos y preparar a su equipo con mayor tiempo. La idea era contar con la base de jugadores provenientes de la liga local para trabajar en bloque y llegar con rodaje al compromiso en Managua.
¿Cuál es la mala noticia que recibió Costa Rica?
No obstante, según reveló el periodista Kevin Jiménez, Saprissa, Alajuelense y Herediano no cederán a sus figuras antes de lo estipulado por la FIFA ni ahora, ni después. La normativa obliga a los clubes a liberar a los futbolistas después del último partido antes de la fecha internacional, pero les da la posibilidad de retenerlos hasta esa fecha, y los equipos nacionales optaron por ejercer ese derecho.
La noticia representa un golpe duro para Herrera, quien aspiraba a tener más tiempo con su plantel. El estratega mexicano ha insistido en que el trabajo colectivo es clave para fortalecer a la Sele en una etapa donde cada entrenamiento cuenta, más aún cuando se trata de un torneo de alto nivel competitivo.
El clásico dilema entre clubes y selección vuelve a quedar en evidencia. Mientras los equipos defienden sus intereses en medio de calendarios cargados, el combinado nacional se ve limitado en su preparación, justo en el arranque de un proceso en el que Costa Rica necesita resultados inmediatos para ilusionarse con la clasificación mundialista.

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Así, el debut contra Nicaragua será también una prueba de fuego para la capacidad de Miguel Herrera de adaptarse a las circunstancias. El técnico deberá encontrar soluciones rápidas y exprimir al máximo el escaso tiempo de trabajo que tendrá con sus figuras, en un camino eliminatorio que no dará margen de error.