Las selecciones de Costa Rica, Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua observan con atención un escenario que podría cambiar por completo sus aspiraciones rumbo al Mundial 2030.
En medio de un panorama regional en el que las diferencias competitivas se han acortado y las eliminatorias prometen ser más disputadas que nunca, una decisión clave —que ya conocen las federaciones centroamericanas— abre la puerta a un sueño que parecía lejano.

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¿Cuál es la decisión que podría cambiar todo al Mundial 2030?
Como dato llamativo, el 100% de las selecciones que clasificaron al Mundial de 2026 —incluyendo las avanzaron a la repesca— en la última jornada de Concacaf están dirigidas por entrenadores europeos.
No es un detalle menor ni parece una simple casualidad: refleja una tendencia clara en la región, donde los técnicos provenientes del Viejo Continente están marcando diferencias.
Sobre este escenario, Costa Rica, Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua deberán tomar en cuenta esta “estrategia” con miras al Mundial de 2030. Ninguna tuvo un DT europeo en estas Eliminatorias y no pudieron alcanzar el objetivo.
Detrás de este fenómeno están nombres como Christiansen en Panamá, Advocaat en Curazao, Migné con Haití, Menzo en Surinam y McClaren en Jamaica. Todos ellos han logrado impulsar a sus selecciones con procesos más ordenados y una visión futbolística más innovadora.
Sobre este escenario así fue el resultado: equipos competitivos, mejor trabajados y con un salto de calidad que fueron evidentes en las eliminatorias de Concacaf.





