En una final de ida electrizante, Liga Deportiva Alajuelense dio una muestra de carácter que hace tiempo no se veía. El domingo, en un Estadio Ricardo Saprissa convertido en caldera, el equipo dirigido por Óscar “Machillo” Ramírez logró reponerse de un primer tiempo arrollador de su clásico rival, que llegó al entretiempo ganando 2-0 con autoridad.
Lejos de desmoronarse, el DT manudo movió piezas, serenó el ambiente y ordenó a su equipo con inteligencia. El cambio fue notorio: Alajuelense no sólo emparejó el marcador, sino que dominó buena parte del segundo tiempo y estuvo cerca de la remontada.

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Ronald Matarrita expone lo que le faltaba a Guimaraes
En zona mixta, Ronald Matarrita lo dejó claro: “La Liga mostró una cara totalmente diferente en el segundo tiempo… la directriz fue en no concederle a Saprissa sus fuertes y nosotros jugar al fútbol”. Y eso hicieron.
Pero el lateral fue más allá, destacando la claridad del cuerpo técnico y apuntando, sin mencionarlo directamente, al pasado inmediato con Alexandre Guimaraes.
“Revertir un marcador a Saprissa en este estadio es difícil para todos los equipos, nos demostramos a nosotros mismos que tenemos la calidad, que si jugamos al fútbol tenemos las herramientas necesarias para sacar la serie, con amor a la camisa y entregándose al 100%”, aseguró.
Y en ese cierre fue que Matarrita soltó cuatro palabras sobre el escudo de Alajuelense que retumbaron con fuerza entre los aficionados: “Le hacía falta mucho amor”.
Alajuelense recuperó el orgullo rojinegro
Para el defensor, el regreso del entrenador más ganador en la historia del club vino acompañado por la recuperación del ADN manudo. “Ahora se está sintiendo y la gente también se está identificando, ve a un equipo que corre, que no da ninguna bola por perdida”, concluyó Matarrita.

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El miércoles, en el Morera Soto, Alajuelense tendrá la chance de hacer valer ese amor y esa identidad en busca de la tan ansiada estrella 31, la obsesión de los manudos.