La última decisión de la dirigencia de Deportivo Saprissa no hizo más que echarle gasolina al fuego. En medio de una crisis institucional que combina malos resultados deportivos, malestar interno y deudas millonarias, la cúpula morada optó por apartar a Vladimir Quesada de su puesto como entrenador de la categoría U15, y la reacción no tardó en llegar.
Todo comenzó con un fuerte cruce entre Quesada y el español Luis Tornadijo, director de las divisiones menores, en medio de un fogueo ante un equipo juvenil estadounidense. El ex entrenador del primer equipo reclamó por la falta de condiciones médicas. “Si no te gusta, te podés ir”, habría sido la respuesta del europeo, a lo que Quesada replicó: “¡Entonces écheme!”. El choque terminó en una reunión privada, y al día siguiente, Vladimir ya no dirigía a los juveniles.

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Los padres de familia se alinean con Vladimir
Aunque el gerente general Gustavo Chinchilla aseguró que el club no ha recibido “ninguna denuncia, formal ni informal, por parte de ningún padre de familia”, el periodista Yashin Quesada reveló que muchos padres respaldan totalmente a Vladimir.

Vladimir Quesada fue apartado de su cargo.
Las quejas del entrenador no se limitan a la falta de personal médico: también habría criticado la diferencia abismal con el Centro de Alto Rendimiento de Alajuelense, donde las divisiones inferiores entrenan casi todos los días, a diferencia de las tres prácticas semanales que recibe la U15 de Saprissa en el Beto Fernández.
Aunque Quesada continuará vinculado al club en otras funciones, la afición morada no tomó para nada bien la decisión de marginarlo de las ligas menores. En redes sociales, muchos aprovecharon para señalar a la dirigencia como la principal responsable de la debacle que vive el club.

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Y con el ídolo de Saprissa respaldado internamente por los juveniles y sus familias, la presión aumenta sobre Juan Carlos Rojas, Sergio Gila y el resto de los encargados del proyecto institucional.