Más allá de los daños directo que provoca el coronavirus, también tiene efectos colaterales que terminan generan problemas en las personas. Es una pandemia que no tiene cura y que está acabando con muchas personas. Todo esto provoca una paronoia extrema en algunos seres humanos y que pueden derivar en problemas mentales. Aunque no lo crean, varios se encuentran trastornados por el avance de esta enfermedad.
Un caso para ejemplicar es el de Jim Hill, un señor de 73 años que tuvo un gran pasado en la NFL. El ex-deportista hace pocos días fue diagnosticado con el virus. Empezó a sentir los síntomas y se hizo el test para comprobarlo. Pese a que pertenece al grupo de riesgo, no se encuentra interando, ya que, no está en gravedad su estado de salud. Pero el aislamiento hizo que cometa un delito imperdonable.
Según denunció su esposa,Lori Lee, Jim la agarró contra la pared y le puso un palo de golf en el cuello. Mientras ella no podía salir de esa toma, le terminó lamiendo la cara. El fin de esa acción era contagiarla de la enfermedad. Él sabe que tiene enfermedad preexistentes y el COVID-19 podría causarle la muerte. Lee terminó haciéndole una denuncia por violencia de genero.
La justicia actuó rápido contra el ex-jugador deSan Diego Chargers, Green Bay Packers y Cleveland Browns. Se le estableció una orden de alojamiento y se lo obligó a mudarse. El presentador ydirector deportivo en el canal KCBS-TV volvió a la ciudad en la que se terminó contagiando de la enfermedad. Fue allí durante un partido de Los Ángeles Lakers en el que terminó infectado.
Más allá de este horrible caso, el principal daño del coronavirus en la población estadounidense es el directo. El país presidido por Donal Trump, quien menosprecia la enfermedad, ya cuenta con más de 300 mil infectados y superó los 8 mil muertos. Ya varias ciudades como New York se les está empezando a colapsar los sistemas de salud y todavía no llegaron a su pico. Se puede venir una tragedia más grande de la que ya hay.
