Los Morados se coronaron como los mejores del campeonato tico tras derrotar 2-0 al Herediano en la última jornada del Cuadrangular, que hizo a su vez de final por ser los únicos dos equipos que llegaban con aspiraciones al título.

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Saprissa reafirmó su superioridad a lo largo de todo el Torneo de Invierno, la misma que le permitió finalizar en la primera posición la etapa regular, y se quedó con el título número 33 de su historia en ligas locales.

La que debió ser la segunda jornada del Cuadrangular terminó siendo, a causa de distintas suspensiones y aplazos, el juego que definió el torneo, al que Herediano había llegado con ventaja de un punto.

Pero Los Morados golpearon desde el inicio en La Cueva y en apenas 7 minutos se pusieron en ventaja con un tanto de Fabricio Ronchetti, que aprovechó un mal pase de Quirós hacia Moreira y le transfirió la responsabilidad al equipo florense, que debía al menos empatar para seguir con aspiraciones al título.

Sobre el final de la primera mitad hubo lugar para la polémica, porque todo Herediano pidió penal cuando un remate de Yendrick Ruíz con destino de red impactó en la mano de Calvo dentro del área, algo que el árbitro no consideró intencional y dejó seguir el juego entre protestas.

Los futbolistas del Team salieron a jugar el complemento condicionados por estar convencidos de que habían sido claramente perjudicados en la primera mitad, muentras que en Saprissa se notó el aplomo de tener el marcador como aliado.

En 20 minutos de esa segunda mitad, Roy Miller pudo aumentar de cabeza la diferencia para Los Morados, pero Carvajal salvó su puerta a puro reflejo, sacando el balón por encima del travesaño.

Granados y Azofeifa fueron expulsados en Herediano cuando Saprissa ya había sacado ventaja de dos goles.

Sabiendo que el tiempo obligaba a Herediano, Saprissa cedió terrenó pero siguió generando peligro saliendo rápido de contragolpe, aunque le faltó siempre definición para sellar antes el triunfo que garantizaba el título.

Enseguida volvió la posesión, que es el juego que mejor le sienta a Los Morados, y cuando toda La Cueva gritaba el ole Marvin Ángulo clavó un golazo, acariciando el balón desde el borde del área hasta el palo más lejano de Moreira, que nada pudo hacer en su vuelo para frustrar la obra maestra. Saprissa se sintió campeón y ya nadie podría cambiar la historia.

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