Desde la llegada de Santiago Solari, pareció haber una orden institucional de que el titular en la portería blanca fuera Thibaut Courtois. Pese a ganar tres Champions Leagues consecutivas (y mucho más), el Real Madrid fichó otro portero de primera linea y relegó a su guardameta figura de los últimos años al banquillo de suplentes. 
 


Keylor Navas, de 32 años, en su plenitud física y futbolística, fue incomprensiblemente relegado a jugar solamente la Copa del Rey. Apetecido por cualquier cantidad de clubes grandes en el mundo, el costarricense tuvo que conformarse con ver los partidos desde la banca. 
 


Y si bien acá no se está culpando a Thibaut Courtois de la debacle merengue, es justo decir que Keylor Navas salvó a Real Madrid en más de alguna ocasión cuando las papas quemaban. Hoy, el belga fue incapaz de vestirse de héroe con alguna intervención de lujo, o alguna atajada salvadora, como si lo hizo Navas en docenas de ocasiones.
 


Y claro que en la casa blanca hoy ha terminado el ciclo de muchos jugadores. Hace falta un recambio, sangre fresca, y nuevos liderazgos. Por supuesto que la baja más importante fue la de Cristiano Ronaldo, comandante y goleador del merengue los últimos años, pero no se olvidará que a Navas se le castigó con la suplencia sin motivo alguno, sin que su nivel hubiese bajado, y sin ningún acto de disciplina. 
 


Al contrario, a Navas se le vio con buena actitud en todo momento en los entrenos en Valdebebas, con buena cara, trabajo arduo, y siempre con buena predisposición al trabajo en el día a día. A partir de ahora, que venga lo mejor para el ex Saprissa; y vaya adonde vaya, que juegue, y sigamos gozando de sus atajadas.