Chelato Uclés fue un visionario. Un hombre adelantado a su época. Cuando en Honduras se imponía el pelotazo, el pidió fútbol por el suelo. Cuando en nuestro fútbol se imponía la violencia, el fue el primero en pedir lealtad.
Cuando en Honduras no había nada, el pidió psicólogos, nutricionistas, organización, y profesionalismo. Chelato Uclés fue un precursor de jugar bien, de jugar limpio. De valores deportivos. De respetar al aficionado. De dar espectáculo . “ Acarícienla, no la maltraten “, le pedía a sus jugadores en alusión a la pelota.
Perfeccionista, estudioso, humano, arrecho, pero maestro. Elocuente como el solo. Maestro de jugadores, aficionados, y periodistas.Chelato Uclés es una institución, una escuela. Una corriente ideológica a veces incomprendida, y quizás demasiado grande para nuestro reducido fútbol.
Me duele muchísimo que no haya dejado un libro, o algún lugar donde quedaran documentadas todas sus enseñanza.Que nunca se olviden los valores que este hombre nos enseñó. Que nunca se olvide el camino que nos mostró. Que nunca se nos olvide el legado y el mandato más grande que nos dejó: jugar bien.
Gracias por tanto, maestro. Descanse en paz.
José de la Paz Herrera, mejor conocido como “Chelato” Uclés.