El gigante de 23 años llega a El Salvador para solucionar uno de los grandes problemas del equipo tigrillo en los últimos torneos: la contundencia.

Me gustan mucho delanteros como Martín Palermo y Mauro Matos. También Trezeguet cuando estuvo en River”, dice éste delantero de metro noventa y tres; y su estilo de juego empieza a descubrirse por decantación. Altura, potencia física y buen juego aéreo son las características de Lucas Vico, características, todas, que escasean por éstas tierras.

Siempre estoy pendiente de cualquier oportunidad en el área

“Por mi altura, la mayoría de los entrenadores hacen que me quede en el área, como un nueve bien definido. A veces me tiro un poco atrás, para tener más contacto con la pelota, pero siempre estoy pendiente de cualquier oportunidad en el área”, le contó el delantero a Fútbol CentroAmérica.

No quedan dudas, entonces, de que a FAS llega un verdadero tanque argentino cuyo último club en su país fue Kimberley, un tradicional equipo de la bella ciudad de Mar del Plata. La potencia física puede ser una gran ventaja para Vico en el fútbol salvadoreño, sin embargo él elige no confiarse: “Puede que lo físico sea una ventaja, pero nos va a llevar unos días adaptarnos a los nuevos entrenamientos, a los nuevos trabajos. Y si llega a existir una diferencia de intensidad, ojalá la pueda aprovechar”.

Para el goleador, El Salvador es un destino por explorar, del que no conoce más que por su consciente investigación del nuevo desafío, al que llega por la recomendación de Hernán Narinsky, representante, entre otros jugadores, de Hernán Grana, futbolista de Columbus Crew, que pasó por clubes como Boca Juniors y Lanús. “Me comentó que existía la posibilidad de ir a jugar allá. Me interesó y de ahí en más me ofreció a los directivos del FAS. Me informé bastante, pero igual sé que tengo que adaptarme, como en todos lados”, contó.

Sé que el Mágico es un ídolo. Me encantaría conocerlo y, de paso, que me de unos consejos

A pesar de los 17 títulos de Primera División y el histórico título en la Copa de Campeones de la Concacaf de 1979, los Tigrillos no logran celebrar desde el Apertura 2009, por lo que los aficionados están expectantes y necesitados de una nueva consagración. Vico lo sabe bien, pero no le teme al desafío: “Sé que FAS, como todo club grande y con tanta gente detrás, está obligado a pelear títulos y a hacer buenos torneos”, dijo el delantero.

Para éste joven goleador de 23 años, el fútbol salvadoreño llega como una oportunidad de reinventarse, mentalizado en el presente, pero a la espera de poder cumplir un viejo anhelo: “Como todo jugador argentino, me encantaría jugar en la Primera División de mi país. Jugué en el Nacional B y fue algo muy lindo. Pero ahora, mi primer objetivo es hacer un buen papel con FAS y eso sería un gran paso para seguir creciendo futbolísticamente”.

El mejor estadio en el que jugué fue el Mundialista de Mar del Plata, donde hacíamos de local con Unión

Y si bien El Salvador es un destino desconocido para Lucas Vico, hay un personaje que no podía pasar desapercibido: “Mi papá, que es fanático del fútbol, me habló del Mágico González. Sé que es un ídolo. Sería muy lindo conocerlo y, de paso, que me de unos consejos, jaja”.

Con el desafío aceptado, al gigante sólo le queda dejar un mensaje de optimismo a la afición:“A los hinchas les pido que nos apoyen, que vamos con muchas ganas y que vamos a dejar todo por llevar a FAS a lo más alto, que es donde tiene que estar”. El resto, se verá en la cancha.

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