Honduras debería seriamente considerar jugar como local en Estados Unidos la próxima eliminatoria. El amistoso contra México registró la mayor cantidad de aficionados (70,000) en un estadio desde que explotó la pandemia del coronavirus allá por principios de 2020. 

Esto me hizo recordar que, tristemente, en nuestro país no hay ningún indicio de que a los estadios de fútbol se permita el ingreso de aficionados, a tan solo tres meses del arranque de la eliminatoria rumbo al mundial de Qatar 2022. 

 

Pero tambíen me hizo recordar que en Estados Unidos hay un aproximado de un millón de hondureños que se mueren por ver a su selección y que encima de eso tienen un mejor poder adquisitivo en comparación a los que vivimos acá. 

En Fenafuth deberían estar considerando esta idea con toda la seriedad del caso. Desconozco en que consiste el montaje de estos eventos fuera de nuestra tierra, y tampoco se si el reglamento FIFA permite que un país juegue eliminatorias fuera de su suelo. 

Pero definitivamente se debería averiguar. Podríamos volver a vivir lo que se vivió en Washington, en aquel inolvidable 1 de Septiembre de 2001 en el que les llenamos el estadio y les ganamos 3-2. 

De nada sirve jugar en un Estadio Olímpico vacío o con un 30% de capacidad, en comparación a jugar en Miami, Atlanta, Washington, Texas, o donde ustedes quieran con 50 mil gargantas apasionadas gritando por el equipo de todos. 

La localía no te la hace un pedazo de tierra en determinada zona geográfica; la localía te la hace la gente. El aficionado y su pasión. Encima de eso hagamos números: imagínense una taquilla de 40 mil boletos a 100 dólares cada uno; estamos hablando de 4 millones de dólares que equivalen a 96 millones de lempiras, que podrían ser utilizados para invertir en nuestro fútbol.

 

 

 


Si hay un contexto histórico en el que jugar de locales fuera de Honduras tiene sentido, es ahora. No se olviden que México, Estados Unidos, Costa Rica, y El Salvador, ya se juega fútbol con gente en los estadios. Y todos serán rivales de Honduras en la próxima octogonal; abramos la mente, porque no quiero ver otro mundial por televisión.