Hablar de Maynor Suazo es hablar de los mejores que ha dado Honduras al balompié nacional. Este corpulento jugador centroamericano se puede dar el lujo de alardear de haber sido uno de los mejores en su momento. Su carrera como futbolista la vivió más que todo en Europa, allá pudo lograr una Liga en Austria, como también haber obtenido un ascenso en Alemania.

La máquina luchadora le llamaban. Su ímpetu, fuerza y corpulencia le hicieron ganarse semejante apodo. Sus rivales le temían, el hondureño era un jugador que imponía respeto en el mediocampo. Y se consagró como tal en la Fecha 31 contra el TSG 1899 Hoffenheim, uno de los partidos más importantes de la temporada, cuando Sauzo embestió cual toro a Salihovic, rompiéndole un diente.

Dos fechas después del turbulento partido contra el Hoffenheim, cuyo entrenador por entonces era el ahora técnico deportivo del RB Leipzig Ralf Rangnick, el volante centroamericano festejó el ascenso a la Bundesliga con el equipo. Una celebración que tampoco olvidarán los aficionados, pues ningún jugador corrió tanto como él con un vaso de varios litros de cerveza por la cancha.

Suazo fue durante esa temporada un héroe en Colonia, donde disputó 16 partidos. Después volvió al equipo turco un año más y de ahí retornó a su tierra natal. Curiosamente, su carrera futbolística la vivió en mayor medida en Europa.

De hecho, militó en cuatro ligas diferentes, la turca, la austriaca, la noruega y la alemana. Pero con ningún equipo dejó una marca tan grande como con el FC Köln.