Pese al coronavirus y las medidas que tomó el gobierno francés, cientos de aficionados del PSG se juntaron en bares y en la calle para brindarle su apoyo al equipo en la final de la Champions League ante el Bayern Munich. Lo que nadie esperaba es que este aliento termine provocando una guerra en las calles parisinas.

Mientras el equipo de Keylor Navas estaba jugando el partido en Lisboa, en Francia comenzaban los incidentes entre los ultras y la policía. Piedras y bengalas eran las armas improvisadas que usaban ellos para contrarrestar la represión que estaba aplicando la seguridad nacional. Los alrededores del Parque de los Príncipes se convirtieron en un campo de batalla.

Cuando finalizó el duelo, todo empeoró y las calles fueron destrozadas en un caos total. Hubo muchos focos de conflictos entre la policía y los aficionados. Gran parte empezó cuando la fuerzas empezaron a evacuar de mala manera los bares porque no cumplir el protocolode distanciamiento y la reacción, de unos fanáticos muy enojados por el resultado deportivo, fue con pura violencia.

A esto hay que sumarle una tensión social muy grande en el país europeo desde hace tiempo y que volvió a explotar con la excusa de un partido de fútbol. Los camiones de la policía tuvieron que huir de ciertas zonas porque no tenían la seguridad de poder salir de ahí vivos.

Todos estos destrozos se extendieron hasta altas horas de la noche. A la tristeza por una final perdida, hay que sumarle a una ciudad convertida en un infierno que parecía no tener fin. Son varios los detenidos por lo sucedido anoche, pero no se descarta que haya más cuando se pongan a revisar las cámaras de la zona.