El caso de Kenderson Navarro no ha pasado desapercibido. El hecho de que Municipal haya alineado al arquero que seis días atrás del encuentro había dado positivo en Covid-19 tuvo una fuerte repercusión en las redes sociales, que trajo aparejado incluso el disgusto de los propios fanáticos escarlatas.

Sin embargo, al margen de una mera cuestión ética y/o moral, lo cierto es que podría caer en los rojos una sanción ejemplar, luego de que Derechos Humanos de Guatemala haya enviado un categórico ultimatum a la organización de la Liga Nacional, en la cual dejaba de manifiesto que si un acto de semejante naturaleza volvía a ocurrir (violación de los protocolos) podrían suspender el fútbol.

La nota en cuestión está firmada por Jordán Rodas Andrade, procurador de los Derechos Humanos, que pide a la Federación Nacional de Futbol (Fedefut) deducir responsabilidades por el incumplimiento del Protocolo Sanitario COVID-19 para Juegos Oficiales, así como también "imponer las sanciones disciplinarias correspondientes".

En su último apartado, tras pedir que se fortalezca "la vigilancia y control para el cumplimiento irrestricto del Protocolo Sanitario COVID-19", advierte que "si continúan las violaciones del Protocolo Sanitario COVID-19 por parte de los clubes deportivos que integran la Liga Nacional de Futbol, evaluar una nueva suspensión temporal de actividades".

Municipal argumentó que en los últimos exámenes médicos el guardameta había dado negativo, aunque la Liga Nacional había actuado de oficio también, tras pedirle al Órgano Disciplinario que se proceda a abrir una investigación.