Panamá sufrió en exceso como local ante Haití, pero lo terminó ganando sobre el final con un cabezazo del experimentado defensor.
Habrá que decir que las cosas no salieron como esperaba Bolillo Gómez ni ninguno de los aficionados que llegaron hasta el Rommel Fernández. Pero habrá que decir, en definitiva, que el objetivo se cumplió.
A Panamá le faltó juego y si terminó acorralando al seleccionado haitiano fue más por amor propio y voluntad que por cuestiones futbolísticas, pero el triunfo quedó en casa y el objetivo de ingresar al Hexagonal Final está un poco más cerca.
Incluso la expulsión de Goreux al minuto 68 por doble amarilla no encontró al seleccionado canalero lúcido para aprovechar la ventaja, a pesar de los 17 tiros a puerta que mostrará la frialdad de la estadística.
Pero cuando los nervios se apoderaban del estadio, Felipe Baloy encendió la luz al final del túnel y le metió un frentazo al centro ejecutado por Gabriel Torres que venció la resistencia de Placide y desató una verdadera locura que, por fortuna para Panamá, pinta para durar toda la noche.
+El gol agónico de Baloy
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