El escenario estaba listo para el enfrentamiento entre Guatemala y Honduras, un choque histórico entre dos equipos que han alimentado una rivalidad ardiente durante décadas, que tenía el atractivo del debut del entrenador Reinaldo Rueda con el conjunto catracho.

El partido resultó en un empate sin goles, pero la ausencia de goles no refleja la intensidad y emoción que se vivió en el campo. Ambos equipos lucharon incansablemente por la supremacía, con despliegues tácticos y movimientos ofensivos que mantuvieron a los espectadores al borde de sus asientos.

A lo largo del partido, quedó claro que el respeto mutuo entre chapines y catrachos es una parte fundamental de esta rivalidad. A pesar de la intensidad de la competencia, los jugadores mostraron fair play y un sentido de compañerismo que honra la esencia del fútbol como deporte de unidad y amistad.

Este resultado sirvió para que Tena y Rueda vieran jugadores, en especial en el caso del colombiano, que está viviendo su segunda etapa con la H, por lo que busca tener una base y así tener un buen inicio en la Liga de Naciones de la Concacaf.

Guatemala y Honduras ahora se concentrarán para la competición del área, donde ambas intentarán comenzar con buen pie la actividad del grupo y así sumar sus primeros puntos.