El Salvador se paralizó durante el pasado fin de semana con un escándalo que no hizo más que exponer la autoridad de Fesfut ante los ojos del mundo. Es difícil de entender lo que sucedió, pero más complicado aún es comprender cómo fue que pudo tener lugar en el fútbol salvadoreño. Hecho sin precedentes ni explicación.

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Las autoridades deberán tomar cartas en el asunto, con urgencia y para colocar una sanción ejemplificadora. No puede volver a repetirse esta situación, porque significó un bochorno para propios y ajenos. En la división que sea, no tiene que volver a suceder jamás una cuestión semejante, para mantener el prestigio.
Con aplomo, la Federación Salvadoreña de Fútbol analiza lo sucedido para caerle al tema con todo el peso de su reglamento. No puede dejar pasar este papelón, porque tornaría la bondad del fútbol en un espectáculo totalmente desagradable.

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El Salvador vive un verdadero escándalo con Fesfut
Lo ocurrido es tan insólito como vergonzoso. Corrían 88 minutos del encuentro que tenía como protagonistas a Fuentes Aguilar y Cruzeiro de San Vicente, por las semifinales de la Segunda División del fútbol salvadoreño. El marcador daba 1-0 en favor de los visitantes, cuando el juego se detuvo y nada fue igual.
Tras exhibir sus partes íntimas, orinar y continuar como si nada de lo que había hecho fuese totalmente antirreglamentario, el número 26 del Fuentes se llevó una merecida expulsión. Si bien el árbitro no lo había observado directamente, fue el asistente quien avisó de lo sucedido para que actúe apegado al reglamento.
Aún no trascendió cuál será la posición de la Federación Salvadoreña de Fútbol en todo esto, pese a que se entiende que deberá ser ejemplificadora. Todos los datos sobre lo sucedido se encuentran bajo análisis de las debidas autoridades.