La noche del martes, el estadio Ricardo Saprissa, conocido como “La Cueva”, vivió uno de los momentos más tensos y frustrantes de la temporada. El Morado cayó 0-3 ante Antigua de Guatemala en la Copa Centroamericana, lo que desató la furia de sus seguidores.
El pedido de los aficionados de Saprissa
La afición morada, acostumbrada a los éxitos y a un equipo que domina tanto a nivel nacional como internacional, expresó su descontento de manera contundente: el grito de “¡Fuera Vladimir!” resonó desde las cuatro graderías del estadio, exigiendo la salida del técnico Vladimir Quesada.
Este doloroso traspié no solo marca una nueva eliminación en un torneo internacional para el Saprissa, sino que también expone una crisis de rendimiento que ha venido afectando al equipo en los últimos meses. La derrota ante Antigua se suma a otros episodios recientes que han frustrado a los aficionados, como la eliminación de la Recopa, la Supercopa, y el Torneo de Copa.
Se vuelve a respetar la misma historia
La situación es particularmente preocupante si se considera que hace apenas un año, el Saprissa fue también eliminado de la Copa Centroamericana a manos del modesto Real Estelí de Nicaragua.
A pesar de estar en zona de clasificación en el Torneo de Apertura 2024, el equipo ha mostrado un desempeño irregular que ha dejado muchas dudas sobre su verdadero potencial. La plantilla parece no encontrar la consistencia necesaria para dominar tanto en el ámbito nacional como internacional
La molestia de los seguidores saprissistas, conocida por ser una de las más fieles y apasionadas del país, no solo se quedó en el resultado de la noche. Semanas atrás, el propio Vladimir Quesada había reconocido en conferencia de prensa que “había que escuchar a la afición”, haciendo referencia a las crecientes críticas que se venían acumulando tras los decepcionantes resultados.
El reto para la dirigencia del Saprissa es ahora doble. Por un lado, deben evaluar el futuro de Vladimir Quesada y su continuidad al frente del equipo. Por otro lado, deben buscar una solución inmediata para devolver la confianza y tranquilidad a una afición que no está acostumbrada a ver a su equipo sufrir derrotas de esta magnitud, especialmente en competencias internacionales donde tradicionalmente han sido protagonistas.