La tarea primordial de cualquier entrenador es siempre escoger los mejores elementos para darle resultados positivos a su club, la dificultad para lograrlo puede radicar en la calidad de sus elementos o en algunas ocasiones, en el número de esos jugadores clave, los que levantan la mano y hasta se echan el equipo al hombro.

Justamente, este último punto es lo que tiene al estratega alajuelense, Luis Antonio Marín, con una difícil tarea de cara a los compromisos de las próximas semanas. Pero el problema para Marín no es la carencia de jugadores de calidad, todo lo contrario, el dilema es tener una planilla repleta de grandes nombres, de los que se espera muchísimo a nivel futbolístico.

Nómina de lujo

Para "mala suerte" de Yiyo, el deporte solamente le permite puede usar 11 de ellos con cada duelo. Y es que la Liga se llenó de nuevas figuras que se suman a los jugadores que ya destacaban con la casaca rojinegra. En lo que a la teoría respecta, la liga no deberia pasar apuros para sumar de a 3 puntos en sus encuentros.

Quizá en la única línea donde no hay espacio a dudas es en la portería, posición que hasta el momento tiene dueño; Leonel Moreira. Pero en los puestos de campo, Marín debe ser minucioso en su elección. En su pizarra debe escoger entre defensores como Fernán Faerrón, Daniel Arreola, Giancarlo GonzálezSalvatierra o Ian Lawrence. Más adelante es más complicado aún; tiene a disposición a Alex López, Bryan Ruiz, Celso Borges, Bernald Alfaro, Aarón Suárez o Brandon Aguilera. 

Y para acabar de ajustar, en la línea de ataque dispone de Marcel Hernández, Alonso Martínez, Johan Venegas, Carlos Mora y el recién llegado, Gabriel Torres. Un "bonito problema" que debe resolver fecha a fecha el timonel manudo. La calidad sobra pero por más recursos, es prácticamente imposible alinearlos a todos a la vez.

Todos y cada uno de los mencionados, más los ausentes y las jóvenes figuras, deseosos de tener minutos en cancha para mostrarse pero a expensas de la formación o el dibujo táctico que plantee Luis Marín de cara en cada compromiso; al final, habrá algún sacrificado, relegado a una banca que -en este caso- es también un lujo, sentarse en ese banquillo no da espacio para la verguenza o la desmotivación, esta Liga está para grandes cosas.