Seis dias después de haber iniciado el Mundial Femenino Sub 20 en Costa Rica, la selección anfitriona del certamen, Costa Rica, dijo adiós al torneo en medio de una contundente derrota de 5 por cero ante la selección de Brasil.

Las jugadoras ticas dieron su máximo esfuerzo en el tercer y último duelo de su paso por este mundial, uno que no fue suficiente y que acabó cOn una actuación muy deficiente en términos de números y rendimiento deportivo.

Muchas ganas, poco fútbol

Este martes, las costarricenses volvieron a sufrir una paliza, esta vez, cortesía de las brasileñas,  quienes a su vez, se aseguraron la clasificación como segundo lugar del grupo 1 junto a España, y quedan por fuera las australianas y las ticas.

Pero la derrota ante las suramericanas no es el único lunar de la tricolor; durante todas sus participaciones las ticas mostraron un nivel muy deficiente y acaban el certamen con 13 goles en contra y solo uno a favor.

Un balance paupérrimo para un equipo organizador que abandona la competencia con el peor rendimiento del mundial, siendo únicamente reconocido por ser un muy buen anfitrión, con estadios a la altura de la competencia y una afición que no defraudó en lo absoluto.

Las ticas sucumbieron en su juego inaugural ante Australia con marcador de 1 por 3, posteriormente enfrentaron al combinado español con derrota de 0 por 5 y finalmente, 5 goles más en contra tras el juego contra Brasil, la noche de este martes.

Pese al sabor amargo en lo deportivo, al menos se rescata el apoyo multitudinario de una afición que respaldó sin condiciones a las deportistas centroamenricanas y aplaudieron al final de los últimos 90 minutos ante Brasil.

El hasta hoy timonel del cuadro tico, el venezolano José Catoya, reconoció ante la prensa que los resultados estuvieron muy lejos de lo esperado pero rescata que al menos quedará en las espaldas de estas jóvenes muchachas toda la experiencia vivida.

Bajo las órdenes de Catoya, el plantel tico nunca mostró nivel, el parado en lo táctico era predecible y el accionar sobre el terreno de juego fue deslucido y timorato; a veces por el bajo nivel y otras veces, por mala lectura.  

 

Atrás queda esta experiencia mundialista para las costarricenses que tienen por delante muchísimo por mejorar si quieren seguir avanzando en el creciente fútbol femenino, lo de este mundial ya quedó en la historia.