Este lunes 11 de octubre, Rodrigo ‘Droopy’ Gómez, el talentoso volante argentino que hoy brilla con el Motagua de Honduras, confirmó la noticia que ilusiona a los aficionados de Liga Deportiva Alajuelense: se encuentra en conversaciones para unirse al equipo rojinegro a partir del 2026.
Con su contrato finalizando en diciembre, todo dependerá de si el Motagua logra retenerlo o si termina convirtiéndose en la nueva incorporación del proyecto liderado por Óscar “Machillo” Ramírez. La Liga, que busca un mediocampista creativo con jerarquía internacional, ha puesto los ojos en un jugador de enorme recorrido en el fútbol sudamericano.

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¿Quién es y cómo juega Rodrigo ‘Droopy’ Gómez?
Nacido el 2 de enero de 1993 en Santa Fe, Argentina, Rodrigo Gómez comenzó su camino en el fútbol a los 12 años cuando dejó su ciudad natal para sumarse a las inferiores de Argentinos Juniors, el club que formó a Diego Maradona.
En 2013, debutó en la Primera División del fútbol argentino con el Bicho, y tras apenas 41 partidos se ganó un traspaso a Independiente de Avellaneda, un verdadero gigante que es el máximo ganador de la Copa Libertadores de América con siete títulos.
Gómez participó en el campeonato argentino 2016 con los Diablos Rojos antes de pasar a Quilmes, y desde entonces su carrera lo llevó por una larga lista de equipos dentro y fuera de su país: Toluca de México, Unión de Santa Fe, San Martín de Tucumán, Huracán, Asteras Trípoli (Grecia), Palestino (Chile) e Independiente Petrolero (Bolivia), hasta aterrizar en el Motagua.
En Tegucigalpa, ‘Droopy’ —apodado así por un simpático personaje animado con el que lo comparaban por su forma de moverse dentro de la cancha— se consolidó rápidamente como el cerebro del equipo. Hasta el momento suma 77 partidos, 10 goles y 6 asistencias, además de haber sido pieza clave en el título del Torneo Apertura 2024.
Pequeño, hábil y con una pegada privilegiada, Gómez mide 1,68 metros y se siente más cómodo jugando como “10”, aunque también puede cumplir como extremo o interior.

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Con el paso del tiempo cambió explosividad por inteligencia, y su fútbol maduró: hoy destaca por su capacidad para asistir y encontrar espacios donde nadie los ve. “Soy un jugador que le gusta hacer jugar al equipo, mi fuerte son las asistencias, siempre he jugado de enganche y puedo hacer de interior”, dijo en su llegada a Honduras.