En su segunda temporada jugando para River Plate, Alejandra Herrera ha tenido una muy destacada participación que pone en alto la bandera de El Salvador en tierras donde el fútbol es ley.
Con un tiro libre que se clavó en el ángulo de la portera de Estudiantes de La Plata, y que fue su primer gol en la temporada, el nombre de Alejandra Herrera comenzó a rodar; sin embargo ya hace dos años que ella tiene verdadero rodaje en el fútbol argentino, al que llegó junto a su compatriota Karen Landaverde, quien decidió regresar luego a El Salvador.
Cuando puedo, voy al Monumental a ver a River. El último que vi fue la final de la Libertadores ante Tigres de México
Pero la jugadora de 23 años que se inició en la cancha de Lincoln, en la colonia Metrópoli de San Salvador, se quedó para triunfar y su perseverancia comienza a rendir frutos: “Me gusta mucho jugar aquí, es muy diferente el nivel. En El Salvador no hay una liga de primera división y venir acá me ha ayudado mucho. La preparación es diferente, la vida. Es otro mundo”, contó la jugadora de River Plate, un club modelo en Argentina y el ganador de más torneos de Primera División a nivel masculino, en una entrevista telefónica con EDH Deportes.
Y el gran progreso que Herrera tuvo en su segunda temporada con el equipo Millonario, mucho tuvo que ver con haber realizado una exigente preparación: “La pretemporada se hace en febrero. Este año fuimos a Esquel, en el sur de la Argentina, y trabajamos en tres turnos. A la mañana gimnasio, y luego cancha. Después almorzábamos, un pequeño descanso y otra vez a trabajar a la cancha por la tarde. Mucho físico, al 100 por ciento. Después, en plena temporada, se trata de mantener el ritmo en los entrenos”, destacó.
Además del fútbol, la salvadoreña estudia diseño gráfico en la Universidad de Buenos Aires y trabaja en un laboratorio odontológico; muchas ocupaciones que, sin embargo, no la desvían de su objetivo: disputar la próxima Copa Libertadores femenina.
+El XI Centroamericano de la semana