El análisis de la evolución del virus Covid-19 en el mundo generó que el fútbol quede en el centro de la escena a la hora de perseguir la dispersión de la enfermedad. El choque entre Valencia de España y Atalanta de Italia fue denominado por especialistas como una “bomba biológica” porque habría acelerado el nivel de contagio. Un médico aseguró en las últimas horas que el choque entre Lyon y Juventus tuvo el mismo efecto en territorio francés.

El encuentro correspondiente a los octavos de final de la Champions League se desarrolló en el Parc Olympique Lyonnais el 26 de febrero pasado. El local triunfó 1-0 y debía defender la diferencia el 17 de marzo en Turín, pero eso nunca ocurrió: el mundo quedó paralizado por la pandemia de coronavirus. Aquel día en Lyon hubo 57.335 espectadores, la quinta mayor afluencia en ese estadio desde su apertura. Si bien durante la previa se barajó la posibilidad de imponer restricciones, finalmente el encuentro tuvo libre concurrencia y se calcula que hubo alrededor de 3.000 fanáticos de Juventus.

Actualmente en Francia hay más de 64.000 casos de enfermos y se superó la barrera de las 7.600 muertes, teniendo en cuenta que el primer caso registrado fue el 24 de enero. Se estima que 2.874 de los hospitalizados en el país corresponden a la región Auvernia Ródano-Grandchamp y que hubo 478 muertes allí: el distrito del Ródano, que tiene a Lyon como ciudad referencia, cuenta con casi la mitad de los casos de ese sector.

A raíz de estos números, el especialista Garrigou-Grandchamp comparó el duelo entre Lyon y Juventus al de Atalanta-Valencia que “había sido una bomba biológica según muchos médicos italianos”. El doctor francés toma en su informe las apreciaciones de sus colegas italianos Walter Ricciardi (representante de ese país ante la OMS), Massimo Galli (a cargo de enfermedades infecciones en el hospital de Milán), Fabiano Di Marco (en el servicio de neumonología del hospital principal de Bérgamo) y Francesco Le Foche (del departamento de inmunología de un centro médico de Roma) para hacer tal afirmación.

“Una semana después, Francia no pudo aprender del ejemplo italiano. Descuido, incompetencia o simple vanidad, Francia sigue convencida de que goza del mejor sistema de salud del mundo, olvidando que incluso el mejor sistema de salud puede verse abrumado en términos de recursos y personal por una afluencia de pacientes al mismo tiempo y en un corto período”, advirtió.