La FedeFut está buscando hacer un cambio generacional en la selección. Para eso, buscan sangre nueva que no necesariamente hayan nacido en tierras chapinas. Se empezaron a tramitar nacionalizaciones de futbolistas que tiene ascendencia guatemalteca y están jugando en distintas ligas del mundo. Una particular manera para empezar a reforzar al combinado nacional en busca de mejorar los resultados.
Un caso para ejemplificar es el de Nicholas Rittmeyer. Es centrocampista, tiene 26 años y nació en Estados Unidos. El futbolista se desempeña en el Charleston Battery de la United League Soccer, la segunda división del país norteamericano. El jugador confesó sus ganas de poder nacionalizarse y defender los colores del país de su madre. Ya inició los trámites y espera el aval de FIFA para debutar con los chapines.
Otro caso y de más renombre es el de Antonio Jesús López. Es mexicano y está en el América, uno de los clubes más importantes del país azteca. También comenzó el trámite para nacionalizarse guatemalteco y solo le falta la aprobación de la federación internacional de fútbol. Ya ha contado sus ganas de poder vestir la Bicolor en un futuro cercano y ser dirigido por Amarini Villatoro.
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Pero no todos están de acuerdo con esto y hasta un jugador de la selección se niega. Se trata de Jorge Aparicio, mediocampista de Comunicaciones. El ex-NK Slaven de Croacia no le pareció mal que haya gente que decida tener la doble ciudadanía, pero destacó que en Los Mayas deberían estar únicamente los nacidos en Guatemala. Ya instaló la polémica y, probablemente, termine compartiendo plantel con nacionalizados.
Su dura frase sobre el tema: “Se habla de nacionalizar a uno o varios jugadores, lo cual no está mal. Pero creo que a la selección nacional tienesque armarla con jugadores nacidos en el país“. Una declaración que fue levantada rápidamente por todos los medios y demuestra la interna entre la federación y algunos jugadores que se niegan a esta medida. Resta esperar si le contestarán, lo dejarán pasar o si será apartado del equipo.
