El enojo es algo común que se puede esperar de una persona frustrada. No poder rendir lo que uno esperaba en diferentes situaciones, ya sea porque se haya puesto una vara muy alta o no sea realmente posible concretar lo que uno desea, este tipo de situaciones devienen normalmente en una actitud colérica. Los futbolistas, como muchos deportistas, saben bien de esto.

Errar varias situaciones de gol, el abucheo del rival, las caras largas de los compañeros, las burlas de los adversarios o las claras muestras que dan de su intención de hacer correr el reloj cuando están arriba pueden hacer a uno salirse de sus casillas, y cometer exabruptos. Esto puede pasarle a los mejores, como a Lionel Messi.

Lo cierto es que el astro argentino estuvo muy cerca de irse a las trompadas. No con un individuo parado en la vereda de enfrente, sino con un compañero de la Selección Argentina. Esto ocurrió durante la Copa América 2011, una edición en la que a la albiceleste no le fue para nada bien.

El conflicto se generó con Nicolás Burdisso, quien brindó algunos pormenores en Podemos Hablar, programa de la televisión argenta. "Discutimos dentro de la cancha por ciertas cosas: el quería la pelota, yo quería dársela pero no podía, él estaba incómodo en el partido y yo estaba incómodo con la situación", comenzó explicando.

Luego, indicó: "Entramos al vestuario. Cuando vi que venía, me le paré, y nos separaron. No llegamos a las piñas". Finalmente, completó: "Lionel tiene un carácter fuerte, y está bueno eso, yo soy igual. Lo bueno es que terminó todo bien".