Liga Deportiva Alajuelense tuvo una noche para el olvido en el inicio de la Copa Centroamericana 2025, cayendo en casa 2-1 ante Plaza Amador de Panamá con un gol en los últimos minutos. Pero más allá del resultado, fue un gesto de Jonathan Moya lo que encendió la polémica en el Morera Soto.
El delantero manudo abrió el marcador al minuto 34, pero su celebración no fue de alegría compartida con la afición. El atacante se llevó el dedo a los labios y mandó a callar a la grada, en un gesto que muchos interpretaron como una respuesta directa a las críticas que ha recibido por parte de algunos sectores del liguismo. Machilo Ramírez también se mostró molesto.
Celso Borges: el contraste con autocrítica
Mientras Moya encendía la polémica, Celso Borges, referente y líder del equipo, tomó el camino opuesto: salió a dar la cara con un discurso de autocrítica y mesura: “Ellos aprovecharon, lo hicieron bien y son buen equipo. Nos toca a nosotros ser autocríticos”.
El experimentado mediocampista reconoció que la Liga no estuvo a la altura y que el inicio del torneo regional fue muy por debajo de las expectativas: “Empezamos mal y hay que rectificarlo ganando los puntos afuera. Perder el invicto no quita lo bien que hemos hecho las cosas”.
En tono sereno, Borges pidió trabajo, humildad y enfoque para lo que viene: “Tenemos que mejorar mucho. Vamos a tener estas semanas para trabajar y ver lo que podemos hacer”. Muy distinta a la actitud que tuvo su compañero Jonathan Moya.

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Dos caras de una misma derrota
El contraste entre Moya y Borges no solo refleja diferentes personalidades, sino también distintas formas de enfrentar el malestar que rodea al club. Mientras uno respondió con un gesto de desafío, el otro asumió responsabilidad y buscó unir al grupo de cara al reto que viene.