Mientras la afición de la Liga Deportiva Alajuelense esperaba movimientos rimbombantes en el mercado de fichajes, el verdadero cambio se gestó de manera silenciosa dentro del CAR. El equipo rojinegro tuvo una ventana de transferencias austera, con solo dos incorporaciones oficiales: John Paul Ruiz y Elián Quesada.
Sin embargo, lo que pocos notaron fue el verdadero giro que le dio el técnico Óscar Ramírez al plantel: la apuesta decidida por la cantera. Tras su llegada al banquillo manudo, Machillo se propuso un cambio de paradigma en la Liga.
En el torneo anterior, con Alexandre Guimaraes al mando, solo cuatro jugadores formados en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) tenían presencia en el primer equipo. Hoy, el panorama es muy distinto.
13 refuerzos silenciosos
Durante la pretemporada, Machillo integró a 13 jóvenes talentos al trabajo del primer equipo, una señal clara de que la cantera tendrá un papel protagónico en su proyecto. Los nombres no son titulares en los diarios, pero sí representan una renovación profunda en la estructura deportiva de la institución.
Los jugadores promovidos son: Byron Mora, Johnny Álvarez, Santiago Van der Putten, Aarón Suárez, Isaac Badilla, Deylan Paz, Farbod Samadián, Deylan Aguilar, Kenyel Michel, Tristan Demetrius, Raheem Cuello y Doryan Rodríguez.
Algunos, como Aarón Suárez o Santiago Van der Putten, ya tuvieron minutos el torneo pasado y vienen empujando fuerte; otros están dando sus primeros pasos en la dinámica de un equipo de primera división.

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Un modelo con sello propio
Esta apuesta por el talento joven no es casual. Ramírez, histórico de la institución tanto como jugador como entrenador, conoce las raíces de la Liga y la importancia de formar desde adentro. Su visión no solo responde a una necesidad deportiva, sino también a una convicción: recuperar la identidad rojinegra a través del trabajo en casa.