El panameño fue el encargado de convertir el tanto que declaró campeón a Seattle de la MLS Cup 2016 ante Toronto, en una angustiosa definición por penales.
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Llore, Román. Llore. Porque ahora que es campeón más que nunca puede estar seguro de que no se trata de ganar o perder; sino de superarse, de mirar hacia adelante y dejar atrás los miedos, las dudas propias y ajenas.
Porque usted es de hierro pero se merece el llanto, el desahogo después de ver gran parte del torneo desde la grada, resignándose simplemente a ser la voz de aliento en el vestuario.
Pero tenía que llegar su momento, porque para eso luchó tanto. Para eso volvió aquel día en Colorado, en el mismo estadio donde había sufrido esa lesión que lo hizo a un lado. Y ahora pudo sellar, usted mismo, el nombre de Seattle Sounders en la MLS Cup 2016.
Ahora que es campeón, usted Román entenderá que no sólo se trata de ganar o perder. O quizás usted ya lo sabe, pero ahora podrán entenderlo cientos de miles.