Este domingo, se llevará a cabo una nueva edición del Clásico Nacional entre Deportivo Saprissa y la Liga Deportiva Alajuelense. El encuentro comenzará a las 11 am y contará con el arbitraje principal de Marianela Araya, quien guarda un secreto que fue desvelado por el exárbitro, Henry Bejarano.
Desde su retirada, Henry Bejarano se ha dedicado a participar en diferentes medios de comunicación para formar parte de distintos análisis desde su trayectoria como árbitro. Aunque en las últimas horas sorprendió con una información que nadie sabía y que está directamente vinculada a la designada para impartir justicia en el clásico.
Según informó Bejarano, Marianela Araya, quien será la jueza principal nuevamente del Saprissa vs. Alajuelense, tiene un hijo llamado Santiago junto a Jeffrey Solís, el actual Coordinador de la Dirección de Arbitraje de Primera División.
![“Resentidos”: Guimaraes suelta una bomba antes del clásico contra Saprissa](https://ds-images.bolavip.com/news/image?src=https%3A%2F%2Fimages.futbolcentroamerica.com%2Fwebp%2Ffull%2FFCA_20250206_FCA_195310_guima-alajue-sapri.webp&width=200&height=200)
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El exárbitro expuso, en el programa Tercer Tiempo, que esta designación de Solís se trata de “un conflicto de intereses” y detalló: “Si ustedes se van a la página de Tribunal Supremo de Elecciones, ahí van a saber”.
Ojo a lo que dice Henry Bejarano 😳 Investigando en el TSE, Jeffrey Solis (encargado de nombrar a los árbitros) y Marianela Araya tienen un hijo 💣
Tras ingresar al sitio del servicio electoral que aportar información pública, se observa que Jeffrey Solís y Marianela Araya sí tienen un hijo y confirma lo dicho por Henry Bejarano.
![Captura extraída de la página del TSE.](https://ds-images.bolavip.com/news/image?src=https://images.futbolcentroamerica.com/webp/full/FCA_20250207_FCA_195603_image-7-1024x330_51f90347.webp&width=1024&height=330)
Captura extraída de la página del TSE.
Además, denunció que “iba a decir muchísimas cosas más, pero no podemos por términos legales, ustedes se van a dar cuenta”. Y cerró, resignado: “No se vale, no se vale“.