El Deportivo Saprissa volvió a tropezar en el plano internacional tras quedar eliminado en la fase de grupos de la Copa Centroamericana 2025. Bajo la dirección de Vladimir Quesada, el equipo no logró imponerse en casa ante Motagua y el empate sin goles sentenció sus aspiraciones de avanzar a los cuartos de final.
Más allá del golpe deportivo, la eliminación representa un duro revés económico para la institución. Al no clasificar, Saprissa dejó escapar la posibilidad de ingresar 80 mil dólares, un monto crucial en medio de las deudas que arrastra y la crisis administrativa que atraviesa.

ver también
“No queda más”: Fidel Escobar conmueve a Saprissa con una despedida impensada tras el fracaso en la Copa Centroamericana
El error que sentenció al Saprissa en la Copa Centroamericana
La eliminación del Deportivo Saprissa en la Copa Centroamericana quedó envuelta en la polémica por una acción en los minutos finales, cuando Joseph Mora recibió un claro pisotón dentro del área.
Tras esta acción los jugadores morados reclamaron con fuerza el penal, pues la jugada pudo significar la clasificación, pero el árbitro mexicano Daniel Quintero decidió no sancionarla.
El analista Henry Bejarano fue contundente al señalar que la acción sobre Joseph Mora debió sancionarse como penal, calificando la falta como un “majonazo clarísimo”.
Criticó duramente al árbitro mexicano Daniel Quintero, a quien tuvo de frente la jugada y aun así decidió no marcarla, generando indignación en el entorno morado.
Además, Bejarano subrayó que “la ausencia del VAR en la Copa Centroamericana terminó siendo determinante en este torneo el cual hizo que el Monstruo saliera perjudicado”.
También dejó a Saprissa sin la posibilidad de que la jugada fuera revisada, lo que pudo haber cambiado el desenlace del partido y del torneo para el club costarricense.

Mirada hacia adelante
Después de un nuevo tropiezo internacional, Saprissa deberá reponerse rápido y redirigir sus energías al torneo local. El desafío inmediato será recuperar la confianza de su afición y reforzar un proyecto que, pese a los golpes, sigue teniendo la obligación de competir al máximo nivel.