Marcelo Tulbovitz, el preparador físico uruguayo, tiene todo listo para regresar al Deportivo Saprissa, donde de la mano de Hernán Medford fue uno de los protagonistas del histórico tercer lugar en el Mundial de Clubes 2005.
Con 64 años a sus espaldas y más de once alejado del fútbol costarricense, el hombre que también brilló al lado de Marcelo Gallardo en River Plate se reencontrará con la afición morada en La Cueva.

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La complicada adolescencia de Marcelo Tulbovitz
Oriundo de Montevideo, Tulbovitz vivió su adolescencia en medio de la dictadura militar que asoló Uruguay desde 1973 hasta 1985. Su padre, Elías, afiliado al Partido Comunista, fue uno de los tantos perseguidos por el régimen de facto.
En la madrugada del 31 de octubre de 1975, la policía irrumpió en la casa familiar en el barrio Malvín y se lo llevó detenido. Antes de salir, Elías pidió despedirse de sus hijos, pero al verlos dormir en sus camas decidió no despertarlos. Esta noche marcaría para siempre a Marcelo, que apenas tenía 14 años.

Elías Tulbovitz, padre de Marcelo (El Blog de Señorans).
La mañana siguiente, su madre Rosa reunió a los tres hermanos para darles la noticia: “a papá se lo llevó la policía”. Desde ese momento comenzó un calvario. Rosa recorría cuarteles con una bolsa de ropa limpia esperando encontrar a Elías, pero pasarían meses hasta que la familia supo que estaba preso en el Penal de Libertad.
Marcelo recuerda que, en las visitas, su madre le alisaba el pelo con una media para cumplir con las normas del régimen. Aun así, más de una vez le negaron la entrada, y en una ocasión la desesperación lo llevó a buscar un peluquero en plena madrugada para no perder la oportunidad de ver a su padre.

Tulbovitz es un nombre respetado en el fútbol internacional (Nacional de Uruguay).
La ausencia paterna lo obligó a trabajar desde joven. Mientras su madre batallaba en juzgados y cuarteles, él comenzó a ganarse la vida y a forjar la disciplina que más tarde lo haría llevar tan lejos en el fútbol. “Mi vieja fue una fiera, no solo en la contención, sino en salir a pelearla”, contó años después.
El peso de la memoria
“El gran orgullo de mi vida es que los compañeros de mi viejo me reconocen, me abrazan y me dicen: ‘¿Vos sos el hijo de Elías?’. Eso me pasó como 20 veces, y siempre lo llevo conmigo”, relató emocionado el preparador físico que fue campeón de la Copa Libertadores 2018 con River Plate.

Tulbovitz fue parte de un título históricopara River (El Blog de Señorans).
Marcelo no esconde que aquella etapa dejó huellas profundas. En una entrevista concedida en 2016, confesó: “Viste la famosa frase que dice que en la vida no hay que ser rencoroso. Yo sí soy rencoroso. No me jacto de serlo, pero si me preguntás: ¿sos rencoroso? Sí, soy. Por un montón de cosas de la vida“.
“Honestamente eso no me lo saca nadie. Es el rencor del desarraigo, de romper familias, no hablo de la familia Tulbovitz, hablo de miles de familias uruguayas. Para mí no hay perdón. No hay olvido ni perdón”, sentenció.

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