El año del Club Atlético Independiente no pudo haber terminado de la mejor manera. Luego de cumplir con una participación histórica en la Copa Centroamericana, los Vikingos reafirmaron su gran 2023 con un triunfo 3-0 sobre Tauro para estampar su sexta estrella en un escudo que, ya es bienvenido a mesa de los grandes de Panamá.

En un escenario distinto, pero con el mismo resultado que en el Apertura, el conjunto de La Chorrera, bajo el atardecer del Estadio Universidad Latina y la mirada de un Gilberto Hernández, que desaparecido en lo físico, pero presente en los corazones de sus compañeros, sacaron a relucir la garra que lo caracterizó en vida.

Por un lado, un Franklin Narváez que se está consolidando como uno de los mejores técnicos panameños y por el otro, un inexperimentado Felipe Baloy, quien, como entrenador, dio una grata sorpresa a la institución más laureada del país, llegando a la final del campeonato.

Cuando el reloj marcaba las 6:00 pm, la fiesta que se vivió en las afueras del recinto, se trasladó hacia dentro del terreno de juego. Fernando Morón hizo sonar su silbato y los 22 protagonistas dieron inicio a la definición por el título número 28 bajo el nombre de Liga Panameña de Fútbol.

Ambas barras hacían sonar sus tambores a todo dar, sin embargo, sería la Vikinga quien celebraría primero. A los 5 minutos, Carlos Small, con un cabezazo, hizo recordar al “eterno 14” y puso por delante a los suyos, firmando el 1-0 y dando una bocanada de la noche que se le vendría a los Albinegros, mientras que volaban fuegos artificiales sobre el Estadio Universidad Latina.

Transcurría el compromiso y el ataque de CAI, en lugar de disminuir, aumentaba. Sus aproximaciones y avisos en el arco de Alex Rodríguez no se detenían. Tanta fue aquella insistencia que, a los 20 minutos, Carlos Small volvería a romper el arco rival. El delantero recibió por un costado y tras enganchar hacia su pierna derecha, descolocó a Rodríguez, que no pudo hacer más que ver cómo Small celebraba su doblete y el 2-0 que hacía más larga la noche.

Tras la anotación del delantero, Tauro quiso despertar e incluso tuvo algunas llegadas, aunque con poca claridad para buscar el remate que descontara el resultado. No obstante, se veía una pizca de luz en un túnel que parecía no tener fin para los de Felipe Baloy.

De hecho, Gerardo Negrete intentó iluminar a la barra Albinegra con una acrobática chilena que no logró conectar, aunque parecía que podía existir una respuesta del cuadro taurino, el cual se marchó al descanso con las esperanzas de una remontada histórica.

Incluso, parecía que el complemento tendría un panorama diferente para la institución más laureada del país. El equipo de Pedregal salió al terreno con una mentalidad distinta, en busca de ese gol que descontara el marcador y le diera esperanzas de darle vuelta al resultado.

Bajo una pedida de intensidad extra de Rolando Blackburn, Tauro atacaba de manera reiterada en la segunda mitad. Sus intenciones parecían que daban frutos, cuando Jan Carlos Vargas se encontró con un disparo de cabeza que redujo distancias, pero se terminó anulando por una mano previa de Blackburn, a los 56 minutos de partido.

Se consumían los minutos y el tiempo se convertía en el mayor enemigo Albinegro. Y a pesar del 2-0 a favor, CAI no dejaba de atacar, siendo Marlon Ávila el siguiente en hacer el intento de firmar la goleada, a los 59′ de juego, con un remate al segundo palo que se marchó desviado.

Parecía que el juego a balón parado sería el mayor arma de Tauro y tras un centro de Yair Jaén, Rolando Blackburn conectó con su testa, el esférico, aunque la figura de Eddie Roberts se agigantó, evitando que su rival recuperara vida.

Posterior a ello, el compromiso tomó un rumbo más físico que futbolístico, siendo las faltas constantes, los nuevos protagonistas en Penonomé. No obstante, entre tanto corte, Víctor Ávila se encontró con un balón frente a Alex Rodríguez, que llegó en medio de tropiezos y se terminó perdiendo una ocasión clara a los 81 minutos.

Sin embargo, un instante más tarde, el recién ingresado, Anthony Stewart, tuvo una similar a Ávila y no perdonó en esta ocasión. Tras una equivocación del guardameta, el delantero definió a portería vacía y puso el 3-0 a los 89 minutos, con dedicatoria especial, liquidando la final y dándole el tricampeonato a CAI.

De esta forma, el Club Atlético Independiente colgó su sexto título en la vitrina e ingresó a un club limitado de solo dos tricampeones en el fútbol de Panamá. Los Vikingos conquistaron la tierra de Penonomé y la LPF por tercera ocasión consecutiva.