El partido entre el Paris Saint-Germain y el Mónaco en el Stade Louis II dejó una imagen que heló la sangre a más de un espectador. Gianluigi Donnarumma, el portero italiano del PSG, sufrió un brutal pisotón en el rostro por parte del lateral costamarfileño Wilfred Singo en una acción fortuita que pudo haber tenido consecuencias mucho peores.
Todo ocurrió en la primera mitad del encuentro, cuando el ex compañero de Keylor Navas salió decidido de su portería para intentar detener una internada de Singo. En el forcejeo, el pie derecho del jugador del Mónaco impactó directamente en la cara del guardameta italiano. El choque fue tan violento que todos los tacos de la bota de Singo se incrustaron en el pómulo derecho del portero, quien cayó al suelo de inmediato.
La situación generó tensión en el estadio y obligó al árbitro a detener el juego por varios minutos. Aunque la acción fue revisada por el VAR, Singo no fue expulsado, lo que generó críticas por parte de aficionados. Durante este tiempo, el equipo médico del PSG atendió al portero, logrando detener la hemorragia y colocándole 10 grapas en el pómulo para estabilizar la lesión.
A pesar de la gravedad del impacto, Donnarumma logró abandonar el campo por su propio pie, aunque visiblemente afectado. Fue reemplazado por el portero suplente Safonov para que pudiera someterse a más pruebas médicas y descartar lesiones internas o de mayor complejidad. Las imágenes del italiano con el rostro ensangrentado y vendado se viralizaron rápidamente.
Así quedó el restro de Donnarumma.
En la rueda de prensa posterior al partido, el entrenador del PSG destacó la valentía de Donnarumma y confirmó que, aunque las lesiones eran superficiales, el portero sería evaluado nuevamente para asegurar su completa recuperación. También señaló que solicitarían una revisión detallada de la jugada por parte de las autoridades para determinar si la decisión arbitral fue la adecuada.
ver también
€50 millones: el problema que Keylor Navas le dejó al PSG y Donnarumma no puede resolver
El incidente de Gianluigi es un recordatorio de los riesgos inherentes al deporte y de la valentía de quienes defienden la portería bajo condiciones de alta exigencia. Mientras el PSG espera su pronto regreso, la imagen de su rostro lastimado quedará como un testimonio de su compromiso y sacrificio por el equipo.