Rubilio Castillo, delantero hondureño, viajó a Grecia con la ilusión de "hacer vida" y consolidar su carrera en el extranjero, pero los exámenes médicos de rutina descubrieron un problema congénito en una rodilla y el club PAS Giannina desistió de ficharlo como refuerzo.

"Nací así, con un ligamento más corto que el otro, es algo genético y por eso el club determinó no contratarme. Es algo congénito se los hice saber, pero ellos no me firmaron", explicó el delantero al Diario Más en su regreso al país.

Óscar Benítez, médico especialista y quien ya ha tratado al goleador, explicó al Diario El Once que "tiene un problema llamado hiper elasticidad ligamentaria, pero Castillo nunca ha padecido de la rodilla".

"No veo ningún problema para que Rubilio pueda jugar en cualquier equipo de Honduras o del extranjero", aseguró Benítez y añadió que "nunca se ha quejado de la rodilla, ha estado jugando así siempre, cuando se operó fue del tobillo".

El doctor desestimó las ofensas a su labor y señaló que "no se nos puede acusar de que no sabemos" y agregó que "no acepto que digan que se les está vendiendo algo que no sirve".

Castillo le confesó al Diario Más que "a mis 26 años nunca he sido operado" y argumentó que "en Correcaminos (México) sabían de este problema y no les importó".

El atacante, quien hizo pretemporada con Motagua, regresó a Honduras tras el intento fallido en suelo helénico y aseguró a los medios catrachos que "vengo con la frente en alto, porque siempre he dado todo", a pesar de haber sido objeto de burlas para algunos coterráneos.

"Los que me quieren ver caído, no lo van a lograr", aseguró Castillo y añadió, en entrevista al Diario Más, que "los hondureños tenemos ese mal, que cuando nos va bien al otro le molesta, pero cuando a uno le va mal el otro se pone feliz".