Ronaldinho es sinónimo de fútbol en su estado más puro, el del Jogo Bonito. Gambetas de todos los tipos, contra rivales de diferentes tallas y en cualquier contexto. El brasileño deslumbró en la primera década de los 2000 con su talento sin igual.
PSG, Barcelona y el Milan lo vieron brillar, alcanzando en los blaugranas su máximo esplendor, junto a un Lionel Messi que daba sus primeros pasos. Conforme fue alcanzando el climax de su trayectoria, pasó por diversos clubes de América: Fluminense, Flamengo, Atlético Mineiro y Querétaro. Sin embargo, también se puso la camiseta de cuatro instituciones centroamericanas.
Fue en dos duelos distintos, lógicamente amistosos, donde “El Brujo de Puerto Alegre” dijo presente y partició una mitad en cada bando. Primero fue en Guatemala, en el denominado “Clásico de la Alegría” que enfrentó a Comunicaciones y Municipal, el 10 de julio de 2017.
20 días más tarde estuvo en el “Partido por la Paz”disputado en Honduras. Allí, los fanáticos catrachos se maravillaron al verlo vistiendo los colores del Motagua y el Real España, celebrando sus movimientos hábiles con algo a lo que “Dinho” ya se acostumbro: “Ole, ole”.
