¿Qué debe tener un gol para ser considerado bonito? En algunos casos es debido a una jugada colectiva, y en otros por una individual. Puede ser por la distancia de donde salió el tiro, o la definición al momento de enfrentarse al arquero rival. También el contexto puede influir. Lo cierto es que Giovani Dos Santos marcó uno de esos que quedarán en la memoria de todos los fanáticos de la Copa Oro. Probablemente, el mejor de la historia de la competencia más importante a nivel selecciones de Concacaf.

Fue en la edición 2011 del torneo, en la que Estados Unidos y México se enfrentaron en la final por tercera vez consecutiva. Había mucha expectativa en el Estadio Rose Bowl de Pasadena, y lo que se avecinaba era un partidazo. Los locales consiguieron rápidamente la ventaja con goles de Michael Bradley y Landon Donovan. Sin embargo, el Tricolor reaccionó y empató antes de que termine el primer tiempo gracias a Pablo Barrera y Andrés Guardado.

Los mexicanos dieron vuelta el resultado con un nuevo tanto de Barrera a sólo cinco minutos de haber comenzado el complemento. Pero aún faltaba lo mejor: Dos Santos se escapó de la defensa rival y recibió la pelota dentro del área para quedar mano a mano frente al arquero Tim Howard. A falta de espacios, el delantero se vio obligado a retroceder y dejó al guardameta tirado en el piso con sus gambetas. Cuando se vio rodeado, definió al ángulo y de emboquillada, dejando a sus oponentes atónitos por lo sucedido. La final terminó 4-2 para el Tri, que levantó una nueva Copa Oro.

A pesar de ser considerado por varios como el mejor en la historia de la competencia, no fue elegido como tal en una encuesta realizada por Concacaf en 2015. El ganador fue el guatemalteco José Javier del Águila con su tanto ante Granada, también en la edición 2011.