Lo que pintaba como una vitrina internacional para potenciar a uno de sus jugadores, terminó convirtiéndose en una preocupación mayúscula para la gerencia del Club Sport Herediano. Los florenses reciben un revés que le pega en su economía.
¿Cuál es la mala noticia que recibió Herediano?
El préstamo del Fernán Faerron al fútbol ucraniano no ha salido como se esperaba. Este problema que está teniendo el zaguera representa un revés importante en las aspiraciones económicas del club florense.
El defensor de 24 años fue cedido en febrero al Vorskla Poltava de Ucrania, una apuesta arriesgada pero con potencial de revalorización si lograba consolidarse en el competitivo fútbol europeo. Sin embargo, a casi dos meses de su llegada, el panorama es poco alentador: no ha disputado un solo minuto con su nuevo equipo.
La inestabilidad provocada por la guerra con Rusia impide los vuelos comerciales desde Ucrania, complicando incluso la movilidad del jugador, quien ha tenido problemas para salir del país. En medio de ese escenario, la falta de ritmo competitivo empieza a pasar factura.

Fernán Faerron no juega en Ucrania.
El valor de mercado va en caída
Antes del préstamo, Faerron estaba tasado en 350 mil euros, según el sitio especializado Transfermarkt. No obstante, en su última actualización, el portal redujo su valor a 300 mil euros, una baja de 50 mil euros que refleja el impacto negativo de su inactividad y la incertidumbre que rodea su futuro.
Para Herediano, que aún es dueño de su ficha, esto representa una señal de alerta: el principal objetivo del préstamo era lograr una futura venta que generara rédito económico para el club. Pero ante el escenario actual, es poco probable que el Vorskla ejerza una opción de compra, y mucho menos que aparezca otro equipo interesado en invertir por un jugador que no ha tenido minutos en Europa.

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Un mal negocio para el Team
La situación golpea directamente los planes de Jafet Soto, presidente del club rojiamarillo, quien ha apostado en reiteradas ocasiones por exportar talento joven como una vía para fortalecer financieramente a la institución. En el caso de Faerron, la apuesta no solo no ha rendido frutos, sino que amenaza con convertirse en una carga deportiva y económica si no se revierte pronto.