El tema es la conversación favorita en espacios deportivos y hasta en el día a día de los costarricenses, nadie escapa de la discusión y todos tenemos algo qué decir al respecto, todos se preguntan ¿debe La Sele seguir apostando por la experiencia o debería echar mano de la juventud?

De cara al doble compromiso que debe enfrentar el combinado tricolor en este mes (ante Canadá y Honduras), caben todo tipo de dudas, propuestas u opiniones, máxime por el irregular rendimiento que ha presentado Costa Rica hasta este momento.

Con apenas 6 puntos, los dirigidos por Luis Fernando Suárez marchan en la quinta posición, en una eliminatoria que apenas brinda 3 boletos al mundial, y donde la hegemonía norteamericana se impone por todo lo alto, dejando casi ninguna posibilidad para el resto de participantes.

¿Experiencia o juventud?

Ante este escenario, cada movimiento debe darse en firme y es aquí donde surge el dilema, jugar lo que resta de la eliminatoria con jugadores de experiencia o darle espacio a los jóvenes. Ambas apuestas son arriesgadas, en el primer escenario, se reclama la falta de condiciones físicas y la ausencia de sorpresas en el planteamiento.

Pero si nos vamos al bando de los jóvenes, no hay uno sólo que haya mostrado las condiciones o el liderazgo para suplir -con confianza- a los tradicionales.

De la mano de Keylor Navas, Bryan Ruíz, Celso Borges y Joel Campbell, Costa Rica plasmó algunas de las páginas más importantes del fútbol tico, pero su tiempo parece estar llegando al final y el rendimiento con ellos en cancha se torna lento o cuando menos, predecible. Eso sí, al equipo se le ve carácter, entrega y deseos por ganar.

Sus substitutos aún no están claros y por el contrario, la incertidumbre obliga a aplazar el tan necesario cambio generacional. De momento, no hay un buen reemplazo para Ruiz en media cancha, aunque por este puesto ya han pasado varias opciones, entre ellas, Elías Aguilar, Bernald Alfaro y otros más. Lo mismo sucede al ataque, es poco el caudal ofensivo que llevan los actuales delanteros, una zona por donde han desfilado varios jugadores que ilusionaban a la afición.

Entre ellos Jonathan Moya, Luis Guillermo Ortíz, Manfred Ugalde o Felicio Brown; cada uno de ellos con protagonismo en sus clubes pero que al vestir la casaca nacional, dejan más dudas que certezas; en ocasiones por propia ineficacia, pero en otras, porque sencillamente no les llegó un solo balón. Es decir, si ni siquiera hay generación de opciones, menos habrán goles, una lógica simple, pero que a estas alturas carece de solución.

Quizá la zona donde menos dudas hay es en defensa, no porque sea infalible, sino porque es donde menor rotación se percibe, pero una vez la pelota cruzala línea defensiva, es tierra de nadie. Cuesta ver una jugada en profundidad, un jugador desequilibrante o remates constantes a marco, un mal que se nota de los dos bandos; en los jóvenes y en los usuales.

Ya dirá el tiempo si es un tema de talento o de estructura, lo cierto es que Costa Rica vive su crisis y se debate entre mantener lo que conoce o apostarle a lo nuevo, una conversación que tuvo que haber sucedido apenas acabo la aventura de Rusia 2018, pero que ahora los tiene con el agua al cuello.