Este miércoles por la noche, los seleccionados de Costa Rica arribaron a suelo costarricense procedentes de Qatar, donde un día antes consiguieron su objetivo de clasificar al mundial, tras vencer por la mínima a su similar de Nueva Zelanda.

El vuelo toco suelo centroamericano a eso de las 7:45 pm y la salida del aeropuerto ya anunciaba lo que se vendría: una noche llena de emociones, cánticos y gritos ensordecedores de la gente que sacó su tiempo para ver pasar a sus jugadores.

Locura en las calles

Decenas de periodistas, oficiales de tránsito y fuerza pública intentaban poner orden en medio de la algarabía y el bullicio que generaba la presencia de los miembros de la tricolor, a eso había que sumarle los cientos de aficionados que desde horas antes se hicieron presentes en la terminal aérea.

Los jugadores por fin salieron del edificio y con dificultad abordaron la carroza que se tenía prevista para ellos, algunos de ellos tuvieron que sortear algunas dificultades para poder subirse al transporte, al final, todos lo lograron; la caravana estaba lista para iniciar.

El recorrido tuvo un lento inicio en las afueras del aeropuerto, la cantidad de vehículos y la aglomeración de personas ahí presentes impedían el libre tránsito, pero ni eso borraba la sonrisa de los seleccionados quienes al mismo tiempo intercambiaban saludos y algunas fotos con los eufóricos seleccionados.

Más adelante, cuando ya ingresaron en la Autopista General Cañas, la situación con el tránsito mejoró y el recorrido fue más expedito, aún así, deceneas y decenas de carros acompañaban el paso de la carroza mundialista con pitos, cánticos y gritos.

Al llegar a la comunidad de Belén, de nuevo, la locura se apoderó del pueblo, quienes abarrotaron los márgenes de la carretera con banderas, silbatos, cornetas y cuanto utencilio sirviera para hacer ruido al paso de los ahora mundialistas.

El paso por ese cantón Herediano fue lento, ruidoso pero muy satisfactorio para los jugadores que no pararon de sonreír y saludar. Mujeres, niños, jóvenes yadultos mayores se veían por igual, todos celebraban, todos festejaban y todos coreaban el "oe oe ticos" al son de la ilusión que causa el sexto mundial en la historia tica, y el tercero en fila.

La noche se hizo larga, pero el recorrido llegaba a su destino final, el Proyecto Plycem de la Federación Costarricense de Fútbol, donde jugadores, cuerpo técnico y miembros del ente federativo disfrutaron de una cena para celebrar lo conseguido.