Diriangén FC, equipo histórico del balompié nicaragüense, atraviesa una complicada crisis interna luego de que sus jugadores se declararan en huelga la mañana de este viernes en Diriamba. Según informó el periodista Nectalí Mora, el plantel tomó la drástica decisión de no entrenar como forma de protesta por los supuestos atrasos salariales que arrastran desde hace varios meses, en un momento especialmente delicado para el fútbol nacional, que vive la tensión de las Eliminatorias Mundialistas.
Los futbolistas señalan que la directiva les debe tres meses de salarios, situación que ha generado un ambiente cargado de tensión en el camerino y que pone en riesgo tanto la estabilidad del club como su rendimiento deportivo. El hecho no pasa desapercibido, ya que el Diriangén es la institución más laureada del país, con más de un siglo de historia en el fútbol pinolero.
La denuncia de los jugadores encendió las alarmas en la afición y en la liga, pues un paro prolongado podría afectar la continuidad del torneo y, en el corto plazo, la preparación del equipo para sus próximos compromisos. La situación también despierta preocupación sobre la salud económica de una institución que ha sido ejemplo de competitividad a nivel local.
Diriangén se defiende
Ante estas acusaciones, la directiva del Diriangén reaccionó de inmediato, desmintiendo categóricamente la versión del plantel. “No es verdad lo que se está mencionando”, aseguraron en un comunicado oficial, intentando restar peso a las declaraciones que han circulado en las últimas horas.
En el mismo documento, los dirigentes afirmaron que “no existe al día de hoy un atraso salarial de tres meses, conforme al contrato vigente únicamente se registran dos días de atraso, los cuales serán cancelados en los próximos días”. De esta manera, el club busca transmitir calma en medio de la ola de críticas y especulaciones que rodean el caso.
Finalmente, la directiva subrayó que el equipo está trabajando en alianzas y acuerdos con distintas marcas para garantizar una mejoría constante en el aspecto económico y deportivo. Sin embargo, el choque frontal entre jugadores y directivos deja una gran incógnita sobre el futuro inmediato del Diriangén, justo cuando el club más histórico de Nicaragua necesita estabilidad dentro y fuera del campo.