La Selección de El Salvador presentó una sorpresa en su convocatoria de cara a los duelos contra Panamá y Guatemala, con la inclusión de Gabriel de Azevedo, mediocampista del Azuriz Futebol Clube de la Serie D de Brasil. El joven futbolista, que había sido citado inicialmente para la Sub-20 por Dowson Prado, ahora se suma a la absoluta bajo las órdenes de Hernán Darío “Bolillo” Gómez.
Azevedo ya había estado en el radar de la Selecta en 2023, cuando fue convocado por el español David Dóniga para los partidos de la Liga de Naciones, aunque en aquella ocasión no llegó a debutar oficialmente. Esta será su primera experiencia con el actual técnico, en un momento donde la azul y blanco busca consolidar su nómina con miras a compromisos decisivos en la Eliminatoria Mundialista.
El mediocampista, salvadoreño de origen brasileño, comenzó a destacar el año pasado tras ser considerado en campamentos juveniles de selecciones nacionales. Su formación futbolística la realizó en las divisiones inferiores del Palmeiras, uno de los clubes más grandes de Brasil. Además, es hijo de Fabio de Azevedo, exjugador brasileño que militó en Isidro Metapán y fue parte fundamental en la obtención del primer título del cuadro jaguar.
Actualmente, Gabriel de Azevedo juega para el Azuriz, equipo que compite en la cuarta división de Brasil y en el Campeonato Paranaense, un torneo estatal de primer nivel. Pese a militar en una categoría modesta, su talento y proyección le han abierto espacio en la órbita de la selección mayor.
¿Gabriel De Azevedo será convocado por El Salvador?
La gran incógnita ahora es si Bolillo Gómez lo considerará como opción real para los partidos ante Panamá y Guatemala, o si su llamado responde más a un proceso de adaptación y observación para el futuro. En cualquier caso, su presencia ya marca un paso importante en su carrera internacional.
Con esta convocatoria, la Selecta suma frescura y proyección a un plantel que busca equilibrio entre juventud y experiencia. La aparición de Gabriel de Azevedo podría convertirse en un punto de inflexión para el mediocampo cuscatleco, aportando dinámica y nuevas alternativas a un equipo que aspira a dar un salto competitivo en la región.