El equipo Ché pudo fichar a Cristiano en la primavera de 2003, pero las dudas de la directiva terminaron por frustrar un fichaje que pudo haber sido el más redituable en la historia del club.

5 millones de euros, por aquel entonces 800 millones de pesetas, fue la cotización que le puso el hermano de Jorge Mendes, ya relacionado al crack, al futbolista de 18 años que había maravillado a Pep Claramunt y Eduardo Maciá, ojeadores del Valencia, durante un torneo Esperanzas de Toulon en 2003.

Cuántas alegrías deportivas y cuánto rédito económico habría tenido el equipo Ché si por aquel entonces la directiva se hubiera entusiasmado con la llegada del juvenil de 18 años tanto como los dos enviados al mundialito.

“Tenía claro que fichar a ese chaval por 5 millones de euros era una ganga y un negocio a corto y largo plazo. Lástima no haberlos tenido yo en el banco, porque los hubiera invertido en ficharlo para el Valencia. Hasta mi mujer se cansó de que le hablara tanto de él”, afirmó Claramun.

Poco tiempo después, Cristiano arribaría al Manchester United a cambio de más de 17 millones de euros… Y la historia es demasiado conocida como para volver a ser contada.

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