Keylor Navas vuela una vez más. Rápido, astuto, impecable. Ya lo hizo tantas veces en su exitoso camino por el Real Madrid: con él en el arco, la Casa Blanca logró llegar al tricampeonato en la Champions League, algo que no sucede desde el Bayern Munich de mediados de los años 70.

En el Santiago Bernabéu la angustia termina en las manos de este arquero nacido en Centroamérica. Ni Robert Lewandowski -polaco, goleador de la Bundesliga-, Thomas Müller -referente del seleccionado alemán campeón del mundo- o Corentin Tolisso -representante francés- han podido vencer sus guantes; Keylor siempre vuelve a resolver. El estadio se pone de pie para ovacionarlo. Madrid le rinde pleitesía a San Keylor o Super Keylor, superhéroe del Real Madrid.

Durante las tres temporadas anteriores los medios de la capital española ofrecieron listados de posibles reemplazantes. Decían que no eran suficientes sus 185 centímetros; que los arqueros de élite miden más de 190. Como Sven Ulreich, arquero y cara visible de la eliminación del Bayern Munich.

Zinedine Zidane -creador de este Real Madrid infalible - siempre tuvo la misma respuesta ante la posible llegada de otro arquero. En público y en privado dijo: 

"Ataja Keylor". 

Keylor nació en Costa Rica, uno de los países en los que con más pasión se vive este deporte. Se trata de una cuestión central, un espacio de pertenencia que excede el campo de juego. En la antesala del pasado Mundial, el sociólogo Sergio Villena Fiengo, especialista en el tema, dijo: 

"Costa Rica es un país que abolió el ejército en 1948 y que no tuvo guerra de la independencia como tal (aunque en 1856 tuvo que repeler a un filibustero norteamericano, William Walker, lo que convirtió a esta 'gesta' en un suerte de guerra de independencia). Por otro lado, Costa Rica definió como núcleo de la identidad nacional la idea de ser una sociedad pacífica y democrática".

Continúa Villena Fiengo: 

"En ese marco, el fútbol de selecciones masculinas mayores es un espacio ritual en el que de alguna manera se produce un 'retorno de lo bélico reprimido'. El discurso en torno a la selección está cargado de retórica belicista y épica, con elementos que resaltan la masculinidad/virilidad, así como la idea de 'conquista'. Este discurso, usual entre los medios de comunicación, también se constata en el discurso publicitario y en las manifestaciones de algunos aficionados, sin dejar de lado el propio equipo. Es significativo que en eliminatorias pasadas, se publicaran anuncios o se exhibieran mantas con la leyenda '¿Quién dijo que Costa Rica no tiene ejército?".

"La Sele de Costa Rica parece ser imaginada, al menos por algunos, como un ejército sustituto" 

El deporte rey en este territorio de América Central resulta frecuentemente un espejo de otras cosas. Allí  se crió Keylor. En sus voladas de palo a palo, bajo el cielo del Bernabéu, también está ese legado, el de esos días en los que empezaron a llamarlo El Halcón. 

24 años después de la hazaña en Italia, en la pasada Copa del Mundo, La Sele construyó un milagro de los más grandes de la historia del fútbol: con un Keylor impecable , llegó hasta los cuartos de final en Brasil. Se trató de la mejor campaña mundialista de un equipo de Centroamérica.

Keylor, superhéroe del Real Madrid, también estará en el Mundial, como tricampeón de la Champions y como buscador de nuevos recorridos épicos para La Sele, el ejército sin armas de su querida Costa Rica.