Estas son las notas que muchas veces no queremos escribir; pero en medio de la tristeza y de un golpe durísimo, es imposible no homenajear a este grupo de soldados, que estuvieron a punto de dar uno de los batacazos más grandes de la historia del fútbol salvadoreño.

El Alianza perdió cruelmente, en el último minuto, y en un partido que será recordado por muchísimos años. La historia comenzó en letras oscuras para los paquidermos; ya que desde el minuto 9, 18, y 24, un tanto de Enner Valencia y un doblete de André Pierre-Gignac nos hicieron creer el resto del partido sería un trámite, como muchos otros.

Pero para el asombro de propios y extraños, la historia tendría un quiebre sensacional; con 33 minutos de juego, Marvin Monterroza se 'avivó' y aprovechó una desatención en la zaga de los felinos, metió un pase filtrado para Portillo, y este definió con maestría. Era el 3-1 y Alianza estaba nuevamente en el encuentro. 
 


Hasta ese momento el gol era buenísimo, y cualquiera hubiera firmado irse al descanso con este resultado; pero el sueño no se conformó; tan solo 10 minutos mas tarde, nuevamente Juan Portillo la mandó a guardar tras una pelota suelta que le quedó dentro del área.

Los dirigidos por Wilson Gutierrez se fueron al camerino con el boleto a cuartos en la mano; y así lo tuvieron hasta el final del choque. El equipo aguantó hasta donde pudo; contra las diferencias futbolísticas, el presupuesto, las piernas que cada vez pesaban más, y porque negarlo, también con un poco de suerte. 
 


El conjunto de 'Tuca' Ferreti se desesperó; se le notaba el miedo y concretaba mal, ante una pelota que parecía haber tomado vida propia y se rehusaba a entrar. Sin embargo, el ensueño se convirtió en pesadilla. Y como en un cuento de Sacheri, Edu Vargas mandó un centro en el último suspiro del partido, que cayó en la cabeza de Nahuel Guzmán.

Si, el portero de Tigres se proyectó al ataque sabiendo que era la última; se suspendió en el aire y metió un frentazo violento, para decretar el 5-4 en el global, clasificando a su equipo y amargando la noche del campeón cuscatleco. 

De todas maneras, el empeño y corazón de este equipo será siempre recordado. Aplausos para el Alianza, nada que reclamarle.