Cualquiera que haya sido testigo del clásico nacional que Liga Deportiva Alajuelense le ganó al Deportivo Saprissa el último sábado en La Cueva coincidirá en que Santiago Van der Putten fue de lo mejor que dejó el partido.
Tanto es asi que el zaguero rojinegro de 21 años fue elegido por el propio club como la figura del encuentro, luego de erigirse como una muralla en el Ricardo Saprissa.

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Los números de Van der Putten ante Saprissa
Los números acompañaron la designación: Sofascore le dio una calificación de 7,4, respaldada por estadísticas como 9 despejes, 1 tiro bloqueado, 1 intercepción, 12 duelos ganados, 15 de 22 pases completados y 1 regate efectivo, además de mantener la portería invicta.
Sin embargo, dentro de la plataforma, Van der Putten fue superado por su compañero de zaga, Alexis Gamboa, con una nota de 7,9, y por el guardameta Washington Ortega, quien con su puntaje de 8,0 fue el mejor del partido.
Rodríguez y Alvarado, los puntos más bajos del Monstruo
Del lado de Saprissa, el panorama fue muy distinto. El cuadro morado ofreció una versión deslucida y desconectada, sin puntos altos colectivos y con rendimientos individuales que preocuparon a la afición.
Según Sofascore, los más bajos fueron Ariel Rodríguez y Esteban Alvarado, con calificacion de 6,4 y 6,3, respectivamente. El delantero tuvo la peor nota entre los jugadores de campo morados, mientras que Alvarado quedó expuesto por el gol recibido en la definición de Anthony Hernández, quien con un regate dejó atrás a Pablo Arboine antes de rematar.

(Sofascore).
¿Quién fue el peor jugador del clásico?
Sin embargo, el peor jugador de todo el partido no fue un saprissista, sino un manudo: Jeison Lucumí. El extremo colombiano, a pesar de haber dado la asistencia en el gol del triunfo, fue calificado con apenas 6,1, la nota más baja de la noche.

(Sofascore).
Lucumí acumuló 32 toques, 10 pases precisos, 2 regates completados de 5 intentados, 2 duelos ganados de 16, 9 posesiones perdidas, 2 faltas cometidas y 1 error que generó un disparo en contra. Números discretos para un jugador que, paradójicamente, resultó determinante en la jugada que rompió una racha de más de cuatro años sin victorias de Alajuelense en La Cueva.