La Selección Sub-17 de El Salvador continúa con su proceso de preparación de cara a la Eliminatoria Mundialista rumbo a Qatar 2026, torneo en el que la azulita buscará repetir la histórica clasificación conseguida este año y consolidar una nueva generación de talento nacional.
Este nuevo ciclo se desarrolla bajo la dirección técnica de Eduardo Lara, quien asumió el mando hace apenas unas semanas tras la sorpresiva salida de Juan Carlos Serrano, entrenador que había logrado llevar al combinado juvenil a la Copa del Mundo Sub-17, un hecho que marcó un antes y un después para el fútbol formativo salvadoreño.
En las sesiones de entrenamiento se ha observado una base amplia de jugadores, pero durante esta semana han llamado poderosamente la atención dos nombres en particular: Paulo y Ramón Díaz, hermanos que se han integrado al trabajo del equipo y que han generado comentarios positivos por su calidad técnica y desempeño en la cancha.
Más allá de su rendimiento futbolístico, los hermanos Díaz también destacan por sus raíces binacionales. Paulo nació en Panamá, mientras que Ramón lo hizo en El Salvador, situación que se dio por la nacionalidad de sus padres, lo que les permite ser elegibles tanto para La Selecta como para La Roja.
Pese a esa dualidad, ambos futbolistas han dado un paso importante al integrarse al proceso de la Sub-17 cuscatleca, mostrando disposición y compromiso con el proyecto, lo que alimenta la ilusión de verlos consolidarse con la camiseta azul y blanco en competencias oficiales.
Este seguimiento ha contado con el visto bueno de Hernán Darío “El Bolillo” Gómez, técnico de la Selección Mayor, quien ha estado supervisando de cerca el trabajo de la Sub-17. El estratega colombiano aseguró que, desde su punto de vista, Paulo y Ramón Díaz proyectan un futuro prometedor, reafirmando la importancia de este proceso para el crecimiento del fútbol salvadoreño.
