El 8 de mayo del año 2000 se selló uno de los fichajes más polémicos en la historia del fútbol costarricense. Rayner “Winyi” Robinson tenía todo preparado para convertirse en nuevo jugador de Liga Deportiva Alajuelense; incluso, los manudos ya habían convocado a una conferencia de prensa programada para las 5:00 p.m. en la que anunciarían su fichaje. Sin embargo, el limonense nunca apareció en Alajuela.

Minutos después, el país entero se sorprendía al verlo sentado en una silla en el estadio Ricardo Saprissa, rodeado por tres dirigentes tibaseños, vistiéndose con la camisa morada y convertido en uno de los futbolistas mejor pagados del plantel.

La trayectoria de ‘Winyi’ Robinson

Robinson tuvo dos etapas con el Deportivo Saprissa, en el 2000 y 2003. Su rendimiento fue aceptable, pero le tocó convivir con una de las épocas más duras del club a nivel financiero, un periodo en el que el Monstruo sufrió limitaciones económicas que lo alejaron de la lucha por el título nacional.

Rayner Robinson jugó en Saprissa a principios de los años 2000 (Sensación Deportiva).

Luego, el atacante pasó por Santa Bárbara, Herediano, Puntarenas FC y AD San Carlos, donde finalmente colgó los botines en el 2007, con apenas 32 años. Parecía el cierre normal de la historia de un delantero respetado, pero su historia estaba a punto de dar un giro impactante.

Un goleador tras las rejas

Casi tres lustros después, en julio de 2020, el Tribunal Penal de Santa Cruz vinculó a Robinson y a seis hombres más con una organización criminal dedicada a la venta y distribución de drogas en varios puntos de la provincia.

El ex delantero fue condenado a ocho años de prisión por tráfico de drogas, luego de comprobarse que el grupo (detenido en allanamientos simultáneos el 26 de abril de 2018) operaba desde agosto del 2017 y había logrado controlar el mercado de marihuana y cocaína en sectores turísticos de Santa Cruz.

El ex morado fue detenido en 2018 (Teletica).

Aunque la sentencia del Tribunal era de ocho años, el tiempo que Robinson ya había pasado detenido permitió que su periodo tras las rejas terminara antes de lo esperado, y en 2023 pudo recuperar la libertad. Al día de hoy, lejos de evadir su pasado, reconoce los errores que lo llevaron a tocar fondo.

El renacer de Rayner Robinson

Me metí en las drogas por ganar más plata, y ese es el peor engaño que uno puede tener, porque eso le trae la cárcel o la muerte. Cuando a mí me condenaron a ocho años, no lo quería asimilar, pero yo ya tenía tres años detenido”, aseguró el ex goleador en una entrevista para Tigo Sports en 2024.

Winyi relató también cómo fue su captura: “En esos momentos uno cree que nada le va a pasar, pero yo no sabía que tenía una persecución. Yo estaba en mi carro, me siguieron pero no le di importancia. Llegaron a la casa de mi mamá, yo abrí la puerta y me entregué”.

Rayner Robinson ha vuelto a disfrutar de su familia (Facebook).

No necesitaba la plata, era más la ambición de tener cosas; hay que luchar por esas cosas o trabajar honestamente. Cuando salí, rogué al Señor, y hoy por hoy doy gracias a Dios que estoy libre, no le debo nada al Gobierno y puedo andar en la calle”, reflexionó el portentoso ex futbolista de 1,95 metros de altura.

Hoy, ya alejado de las canchas y de aquella vida que lo llevó a su etapa más oscura, Rayner Robinson se mantiene activo en Facebook, donde cada tanto comparte fotografías junto a sus hijas, mostrando una faceta mucho más tranquila, familiar y agradecida.