La era de Miguel “Piojo” Herrera al frente de la Selección de Costa Rica llegó a su fin este jueves, apenas 24 horas después de confirmarse la dolorosa ausencia del país en el Mundial 2026. El Comité Ejecutivo tomó la decisión luego de semanas marcadas por tensión, tropiezos y un ambiente interno que nunca encontró estabilidad. La eliminatoria, catalogada ya como la peor en la era moderna, dejó al técnico mexicano sin margen de defensa.
La dirigencia de la Federación se reunió en una extensa sesión híbrida en el Proyecto Gol, donde se expusieron los argumentos finales. Nadie dentro de la mesa encontró motivos para sostener la continuidad del entrenador: el veredicto fue claro, el fracaso fue absoluto. Con los términos económicos del finiquito aprobados, solo restan trámites administrativos antes de que Herrera cierre oficialmente su etapa en suelo tico.
Durante toda la eliminatoria, la Selección mostró una preocupante falta de identidad. El equipo nunca hizo click, nunca encontró fútbol, y jamás proyectó una idea clara de crecimiento. Cada jornada amplificó las dudas, evidenciando un proyecto sin rumbo. Peor aún, Costa Rica no logró victorias ante rivales directos y perdió regularidad incluso frente a selecciones que, en el papel, parecían accesibles.
El cierre clasificatorio reflejó la magnitud del declive: el combinado tico terminó con apenas un 38% de rendimiento, números que encendieron todas las alarmas y precipitaron la salida del entrenador. El ambiente era insostenible y la eliminación terminó de confirmar lo que desde hace meses parecía inevitable.
Los candidatos para dirigir a Costa Rica
Ahora, el fútbol costarricense deberá mirar hacia adelante. Con el ciclo del Piojo Herrera concluido, la Federación ya comenzó a revisar las carpetas de posibles reemplazos. Entre los nombres que han trascendido destacan el argentino Marcelo Bielsa, el colombiano Juan Carlos Osorio, y el mexicano Luis Fernando Tena, aunque este último parece una opción remota debido a que tiene prácticamente cerrada su renovación con la Selección de Guatemala.
Costa Rica inicia así un nuevo proceso lleno de preguntas, con el reto impostergable de reconstruir su identidad futbolística y recuperar la competitividad que históricamente ha caracterizado al combinado nacional.
